Las carreteras gallegas son las cuartas con más tramos peligrosos del Estado. Galicia empeora su situación respecto al resto de comunidades puesto que el año pasado ocupaba el quinto puesto. Diecisiete trayectos de la red viaria de Galicia están marcados en negro por su elevada concentración de accidentes. Y tres de ellos se encuentran además entre los diez de mayor riesgo de toda España.

El puesto número uno del ranking nacional lo encabeza la N-642 que une Ribadeo con Vegadeo (Lugo). El cuarto puesto es para la N-541 que enlaza Pontevedra con Ourense en el recorrido que va desde la parroquia pontevedresa de Santa Mariña de Bora hasta San Xurxo de Sacos (Cerdedo-Cotobade). Y en noveno puesto vuelve a aparecer otra vía lucense: la N-640 a su salida de Monterroso.

El último informe de EuroRAP, en el que participa el Real Automóvil Club de España (RACE) y el RACC, advierte, en todo caso, de una reducción en el número de tramos peligrosos, tanto a nivel nacional como en Galicia en el último año. En España se ha pasado de 85 trayectos de riesgo a 68. Y en Galicia de 20 a 17.

Este estudio relaciona el numero de accidentes graves y mortales que ha habido en los últimos tres años en un tramo de carretera con la intensidad media diaria de tráfico. Y, en función de estos parámetros, cataloga el riesgo desde "muy bajo" a "muy elevado".

Por provincias, los tramos de riesgo en 2018 son los siguientes. En Lugo, siete: uno en la N-642 (desde el cruce con la N-640 hasta el cruce con la N-634 en Ribadeo); dos en la N-640 (del final de la zona urbana de Monterroso a la LP de Lugo a Pontevedra y del cruce con la N-540 al final de la zona urbana de Monterroso); otro en la N-540 (del principio de la zona urbana de A Barrela al cruce con la N-525 en Cambeo); otro en la N-640 (del principio de Pontenova al principio de Meira) y otros dos en la N-120 (del principio con el enlace de Quiroga al principio del enlace de A Pobra do Brollón y del enlace de Seguín al enlace de Penalva).

En A Coruña son cuatro los tramos de riesgo identificados: en la N-634 (de la LP de Lugo a A Coruña al principio de la zona urbana de Sesmonde); en la N-547 (principio de la zona urbana de Melide al final de la de Boente); en la N-550 (del cruce con la C-542 a Betanzos al final de Ordes) y en la N-6 (del principio de Oís al final de la variante de Betanzos).

En Ourense, el estudio de RACE recoge tres: dos en la N-541 (del principio de la zona urbana de Dacón al final de la zona urbana de A Almuzara y de Barbantes, cruce con la N-120, al principio de la zona urbana de Dacón) y uno en la N-120 (de A Rúa, cruce con la N-536 a Ponferrada, al principio del enlace de Quiroga).

Y por último en Pontevedra, figuran tres: uno en la N-541 (que va del principio de Sacos al cruce con la PO-224); otro en la N-640 (que va del final de Caldas a Vilagarcía de Arousa) y un último en la N-550 (del principio de Paredes al cruce con la N-552).

A pesar del descenso de tramos peligrosos en Galicia, la RACE advierte de que en España hay tres puntos negros que se repiten año tras año desde 2015. Y, entre ellos, está el trayecto de la N-541 entre Bora y San Xurxo de Sacos. "A pesar de haberlos identificado ya como de alto riesgo no se ha conseguido rebajar la siniestralidad en los últimos tres años", advierten.

El ranking de tramos peligrosos elaborado por RACE y RACC ha estudiado 1.382 tramos de la red viaria española que suman 24.866 kilómetros. Y ha detectado que unos 3.000 kilómetros tienen riesgo "elevado" o "muy elevado" de accidentalidad. Es decir, el 12,2%.

En Galicia se analizaron 2.119 kilómetros de la red viaria y se detectaron 315 kilómetros con alta concentración de accidentes. Es decir, un 15% de la red viaria gallega es peligrosa. Solo Aragón (35%), Cataluña (16%) y Asturias (16%) superan a la comunidad gallega. Por provincias Ourense ocupa el sexto lugar en España en peligrosidad con un 22% de su red viaria marcada en negro. Lugo también está por encima de la media nacional, con un 17%, mientras que A Coruña, con un 11%, y Pontevedra, con un 10%, tienen menos kilómetros de riesgo que la media.

En cuanto a accidentalidad el estudio de EuroRAP destaca el tramo de la N-640 entre Caldas y Vilagarcía, con 14 siniestros, cuatro fallecidos y 19 heridos en los últimos tres años. Se trata de una vía con una elevada intensidad de tráfico, con más de diez mil vehículos diarios.

Algo parecido ocurre con el tramo entre Paredes y Redondela de la N-550, donde a diario circulan unos 15.000 vehículos, y que registró en el último trienio 12 accidentes, con dos víctimas mortales y once heridos.

La asociaciones de automovilistas como la RACC piden al Gobierno extender las inspecciones y auditorías de carreteras a toda la red. Proponen que estos controles sean hechos por entidades independientes y que se califique a las vías por estrellas, de una a cinco, en función de su seguridad (barreras, cruces seguros, protecciones para motociclistas, estado del firme...).

El objetivo, según advierten, es que el 80% del tráfico de las carreteras españolas debe circular por vías de tres o más estrellas. También reclaman que se extienda al resto de España la prohibición a los camiones de circular por las carreteras nacionales para obligarlos a ir por autopista y que ya se adoptó en la N-340 en Tarragona.