PSdeG y BNG retaron ayer sin éxito a Feijóo a que aclarase si secunda la promesa del líder de su partido, Pablo Casado, para impulsar una ley que sitúe solo al castellano como requisito para acceder a la función pública, rebajando a mérito a las lenguas cooficiales como el gallego. En Galicia, conocer el "idioma propio" de la comunidad, según el Estatuto, es obligatorio en la mayor parte de oposiciones, aunque en sanidad se rebaja a mérito. El presidente de la Xunta evitó aclarar qué opinión tiene sobre la propuesta de su partido. "El problema es intentar coger otra vez el idioma como un arma arrojadiza, no cuenten con nosotros. Los gallegos no queremos que nos impongan una lengua cuando tenemos dos", rebatió Feijóo.

La portavoz nacional del BNG tiró de hemeroteca y acusó a Feijóo de haber roto el consenso lingüístico y haber usado con fines electorales los ataques al gallego en 2009 para tumbar al bipartito. "Ya usó esa patraña, esa mentira de la imposición del gallego por un puñado de votos", le reprochó antes de pedirle que respondiese si apoyaba a Casado "para que el gallego sea una lengua de segunda".