Los vehículos de transporte de viajeros y mercancías son uno de los protagonistas de las campañas de vigilancia anuales de la Guardia Civil. Al margen de las inspecciones rutinarias, los agentes han reforzado los controles en los últimos meses al detectar un repunte del fraude en el sistema Adblue que los camiones están obligados a llevar instalado en el tubo de escape y que vigila si la cantidad de emisiones contaminantes cumple la normativa europea según su motor. Lo hace recortando en un 40% la potencia o incluso con el bloqueo del arranque del vehículo si se sobrepasan los límites. El Instituto Armado alerta del aumento de las manipulaciones de estos dispositivos a través de los emuladores de adblue, unos aparatos que se venden en el "mercado negro" provocando que los camiones contaminen hasta 10 veces más de lo que deberían porque no recortan la fuerza del motor ni bloquean el arranque aunque el depósito del adblue esté vacío. Así, los infractores se ahorran el coste del producto a costa de contaminar más.

Solo en la jornada de ayer la Guardia Civil abrieron expediente sancionador por infracción muy grave a dos vehículos de la misma empresa en Padrón que circulaban con el adblue trucado. Las penas a las que se enfrentan los camioneros que usen estos dispositivos pueden llegar a los dos años de cárcel, multas de hasta 20.000 euros y dos años de inhabilitación. Aunque éste no es motivo para inmovilizar los camiones sí que se hizo en este caso porque al retirar el aparato trucado, el depósito de Adblue quedó vacío y hubo que rellenarlo con el aditivo de urea que permite reducir la emisión de gases contaminantes ente un 50% y un 70%. Además, en el taller al que fueron trasladados para retirar el emulador se comprobó que la manipulación había averiado el catalizador.