Las regiones del Noroeste tienen 8.000 millones de razones para quejarse al hablar de ferrocarriles. Números cantan: esa cifra es la diferencia entre los más de 12.000 millones de euros que el Ministerio de Fomento prevé invertir en el eje Bilbao-Valencia por el valle del Ebro (corredor Cantábrico-Mediterráneo) y los 3.558 millones que ha prometido gastar en Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León hasta 2030. Casi el cuádruple.

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