A sus 26 años, André Vaamonde eligió Vigo hace dos años y medio para instalarse por motivos profesionales. Es ingeniero industrial y "en esta ciudad es donde más posibilidades existen para desarrollar mi carrera", explica sobre su decisión de abandonar Ourense.

Su situación evidencia los condicionantes de la vida actual, con movilidad diaria y una lucha contra el aumento del precio del alquiler. Actualmente, trabaja en una empresa vinculada al sector de la automoción y se desplaza diariamente a un polígono cercano a Ponte Caldelas en su coche. "Son 40 kilómetros, pero no lo llevo mal. Estuve haciendo un trayecto diario entre Ourense y Vigo, así que estoy acostumbrado", comenta. "Mi vida, además, está aquí en Vigo", añade sobre una ciudad que le ofrecía más posibilidades laborales que Ourense, "donde todo es más inmóvil". Vigo era una conocida ya para él, porque en ella estudió para volver a su Ourense natal tras licenciarse y regresar hace dos años medio. Sin embargo, a su vuelta se tropezó con un cambio que ha condicionado su vida. "Los alquileres han subido muchísimo de precio. En dos años ha sido una barbaridad", lamenta.

Ante la necesidad de ahorrar para adquirir su propia vivienda, optó por compartir piso con un compañero. "Pagamos 650 euros mensuales más gastos. Si viviese solo tendría que asumir unos 500 euros yo solo y los gastos. Comparto y así intentaré ahorrar para comprar a no muy largo plazo", explica André sobre sus planes, entre los que no está, de momento, volver a mudarse de concello.