Los ayuntamientos gallegos llegaron a recaudar por la venta de terrenos y propiedades 33,6 millones en 2007. Una década después esa cifra se ha reducido a 4,5 millones. Siete veces menos. Es una consecuencia de la crisis inmobiliaria que ha golpeada las arcas de los municipios. Aunque en 2017 la cifra se triplicó con respecto al año anterior, hay que sumar la recaudación que hubo entre 2010 y 2017 (30,4 millones) para acercarse a los 33,6 millones que lograron solo en 2007. Es decir, los concellos han necesitado ocho años para conseguir el mismo dinero que hace una década lograban en un solo ejercicio.

El incremento en 2017 con respecto al año anterior (de 1,3 millones a 4,5) afectó a todos los municipios gallegos, aunque en algunos el aumento fue más elevado. El mayor incremento fue en los concellos de entre 20.001 y 50.000 habitantes en los que se multiplicó por seis con respecto a 2016. Les siguieron los de entre 50.001 y 100.000 que vieron como su recaudación se multiplicó por cinco. Por detrás quedaron los 91 ayuntamientos que tienen entre 5.001 y 20.000 cuya cifra se triplicó. En los más pequeños (menos de 5.000 habitantes) y los más grandes (más de 100.000), Vigo, A Coruña y Ourense, la cifra se duplicó, según el último balance disponible de la ejecución presupuestaria publicado por el Ministerio de Hacienda.

Pese a estos incrementos, los ingresos que los ayuntamientos reciben por la venta de suelo y otras propiedades, además de los aprovechamientos que por ley les corresponde cobrar, son residuales. Solo 4,5 millones en 2017. Antes de la crisis, llegaron a recaudar por este concepto 34,6 millones en 2006 y 33,6 en 2007 lo que supone siete veces más que ahora.

Desde entonces se ha producido un desplome paulatino de la cifra que perciben los municipios por la venta de terrenos y propiedades. Tocó suelo en 2012 cuando los ingresos se quedaron en 1,7 millones. Desde ese año, y gracias a la tímida recuperación de la economía, esta partida encadenó tres subidas consecutivas: 1,9 millones en 2013; 2,4 en 2014 y 4,5 en 2015. Sin embargo, en 2016 la recaudación cayó y solo alcanzó los 1,3 millones, la cifra más baja de los últimos 18 años.

Y además, el dato de 2015 está adulterado. El Ayuntamiento de Vigo se embolsó ese año 2,6 millones por una finca para construir la Cidade da Xustiza. Sin esta partida, la recaudación por la venta de suelos y propiedades de todos los concellos habría sido de 1,9 millones, inferior a la de 2014 y similar a la de 2013.

El impacto de los ingresos en los presupuestos municipales por la venta de su patrimonio es ahora muy reducido. Antes de que estallase la crisis llegaron a representar más del 1,5% del total. En 2017 fue el 0,006%. Es el capítulo de los ingresos con menor contribución a las arcas municipales: 0,5 euros por habitante, frente a los más de 12 que suponían antes de que arrancase la crisis.

Los concellos esperaban un incremento mayor de la recaudación en 2017. Los municipios habían enviado al Ministerio de Hacienda una primera previsión conjunta de ingresos por este concepto que ascendía a 10,5 millones, lo que suponía colocarse en cifras similares a las de 2009. Una segunda previsión elevó esta partida hasta los 11. Al final, recaudaron 4,5 millones, menos de la mitad de lo previsto.

Los concellos siguen con el problema de dar salida a sus bienes públicos, sobre todo suelo y, en menor medida, propiedades, debido a la caída de los precios y a la escasa demanda de este tipo de bienes para nuevos proyectos urbanísticos.