Cirugía estética, cambio de huellas digitales de las manos... Todo vale para mantenerse oculto de la Justicia. Esconder su verdadera identidad se ha convertido en auténtica obsesión para los grandes narcotraficantes, que cada vez acuden más al mercado ilegal para hacerse con documentaciones falsas que les permiten eludir a la Justicia internacional mientras se mueven por todo el mundo y están en búsqueda y captura. Además, en caso de ser detenidos en nuevas operaciones, como su falsa identidad carece de antecedentes penales, evitan la agravación de la condena por reincidencia.

El último caso es el de Paul Wouter, un holandés con identidad y pasaporte de Surinam, detenido como financiero de una de las mayores operaciones contra el tráfico marítimo de cocaína y procesado por los 1.700 kilos del remolcador Titán Tercero, abordado en el Atlántico en una operación del Greco Galicia dirigida por un juzgado de Vigo en el verano de 2018. Fueron desarticuladas tres importantes organizaciones, dos gallegas lideradas por los gallegos Mario Otero y Jacinto Santos Viñas, y otra gaditana, la del propietario del remolcador que lo alquilaba como narcobarco. Manuel Charlín y su hijo, con los que inicialmente tuvieron contactos cuando buscaban un barco para el transporte, fueron exonerados.

La Policía consideraba a Wouter el más importante de los 21 procesados. Si bien carecía de antecedentes, le atribuían la financiación del alijo. Los investigadores avanzaron ya tras su arresto que podría tratarse de un gran capo de la droga en Europa, pues durante el último año se había afincado en una lujosas urbanización de Marbella, vivía a lo grande y se movía por el norte de Europa con soltura, especialmente por su doble condición de holandés nacido en Surinam, país desde el que se transportó la droga del Titán Tercero a Galicia.

Acabada la instrucción del sumario, el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo remitió la causa a la Audiencia de Pontevedra para juicio. Pero un informe de la autoridades brasileñas, que indica que en realidad el procesado es Sergio Roberto de Carvalho, un conocido capo brasileño buscado también por Portugal, ha llevado a la Fiscalía a solicitar la revocación del auto de conclusión de sumario y que la Audiencia devuelva las actuaciones al juzgado vigués para que la Policía Nacional aporte "con adecuado contraste documental" la información relativa a la verdadera identidad del procesado Paul Wouter, al que deberá tomar declaración otra vez el instructor.

Las autoridades brasileñas, indican que "Sergio Roberto de Carvalho fue preso por tráfico de drogas en España, en agosto de 2018, usando identidad falsa a nombre de Paul Wouter, por lo que se le habrían inmovilizado inmuebles en 2 millones de euros en aquel país".

Quienes no dudaron en cambiarse las huellas fueron Manuel Miranda y Francisco Javier Martínez San Millán, Franki, lo que les permitió eludir a la Justicia más de una década. Manuel Miranda, un antiguo colaborador de Oubiña y Miñanco fugado durante 15 años, fue detenido en Madrid hace un año, si bien vivía a lo grande en Málaga. Cambió de aspecto con injertos de pelo y modificó las huellas de sus manos con microimplantes de piel.