La izquierda de confluencia quemó otro día en su negociación contrarreloj para sellar una coalición electoral para la cita del 5 de abril sin que se produjesen avances. Podemos y Esquerda Unida, por un lado, y Anova y las mareas municipales de A Coruña (Marea Atlántica) y Santiago (Compostela Aberta), deben sellar un acuerdo antes de la medianoche de mañana, pues entonces expira el plazo para nombrar un representante legal de las coaliciones. El viernes expirará el plazo para registrar ese tipo de alianza ante la Junta Electoral.

Las posturas no parecen fáciles de acercar, pese al cordial inicio de las conversaciones. Podemos desea tener mayor cuota de visibilidad en las listas, alegando que es la parte fuerte del pacto, con su líder estatal, Pablo Iglesias, como vicepresidente del Gobierno central y tras dos elecciones generales en las que salvó los muebles en Galicia con dos escaños. Además, descarta ceder la candidatura a la Presidencia de la Xunta, que ocupa Antón Gómez-Reino.

Este se quedó ayer sin el único rival interno en las primarias de su partido, por lo que su elección está asegurada. Una muestra del deseo de Podemos de situarse estratégicamente en el Parlamento gallego radica en que la mitad de la ejecutiva de Gómez-Reino se ha postulada a las primarias para confeccionar las listas al 5-A.

Por su parte, Anova, Marea Atlántica y Compostela Aberta ya han avanzado en la conformación de una candidatura en solitario por si no fructifica el acuerdo. Reclaman igualdad en la elaboración de las listas y en la designación de los puestos de salida para que la llegada al Parlamento sea equilibrada, al tiempo que exigen autonomía ante el Gobierno central, que defenderán a capa y espada Podemos y EU, pues forman parte de él.

Al acuerdo se refirió ayer Antón Sánchez, portavoz de Anova y viceportavoz del Grupo Común da Esquerda, que se unió a su compañero y exalcalde de Santiago, Martiño Noriega, a la hora de ofrecerse a dar un paso atrás si ello favorece un acuerdo.

"El debate de los nombres no está en la mesa, pero si el precio de un buen acuerdo para derrotar a la derecha es quedar fuera de una lista, lo pagaré con mucho gusto porque para mí no vale nada. No tapemos las discrepancias con nombres propios si lo que queremos es construir un espacio común", escribió en las redes sociales.