La vida en casa puede parecer aburrida. No para Triángulo de Amor Bizarro. Su confinamiento es una montaña rusa de sensaciones y retos. Isabel Cea, Rodrigo Caamaño, Rafael Mallo y Zippo se lanzaron a la piscina el pasado 20 de marzo con la publicación de su último disco mientras el coronavirus trataba de eclipsarlo todo. Ahora toca conectar con el público a través de un concierto, que se emitirá mañana a las 13.00 horas, en directo, en las plataformas digitales de SON Estrella Galicia (YouTube, Facebook, Instagram y Twitter).

"Queríamos hacer algo para seguir con lo nuestro, que es tocar", sentencia Rodrigo Caamaño, guitarrista y cantante del grupo. La distancia obligada, lejos de separar al grupo, lo ha unido para adaptarse, de manera conjunta, a esta nueva situación. Caamaño está en Boiro junto a Cea, mientras que Rafael se encuentra en Lugo y Zippo, en A Coruña. Los kilómetros no son un problema para organizar un concierto desde casa como si se tratase de la sala más mítica de la ciudad. "Estamos cada uno en un sitio pero surgió esta posibilidad. Queríamos planear un directo que aportase algo artísticamente. Un reto para nosotros. No con un móvil y una guitarra, flaco favor le hace eso a la música", reflexiona.

Les bastó una pizca de ilusión por presentar los nuevos temas en directo para empezar a trabajar en ello. "Hicimos pruebas, trabajamos las canciones, más hablando que otra cosa, y vimos cómo podíamos hacerlo técnicamente", relata. ¿El resultado? Un concierto diferente "dándole otro toque" a los temas.

No sonará como el álbum. Tampoco como un directo sobre el escenario. Triángulo de Amor Bizarro busca otra cosa. Y la mostrará mañana a sus seguidores. "Experimentamos con el nuevo medio, que son los conciertos online, y le dimos una vuelta a las canciones. Somos un grupo muy de directo, de punk, de ruido. Y eso, por internet, es muy complicado", detalla Rodrigo Caamaño, al que esta nueva experiencia le ha servido para mantenerse en contacto con la música de forma profesional. "Parar en seco da mucho agobio", reconoce.

La preparación de este concierto ha sido también un viaje al pasado para los cuatro integrantes del grupo. "Nos acordamos mucho de los inicios, cuando vivíamos en Monte Alto y éramos un grupo de habitación. Hemos vuelto a esos orígenes, pero con todo lo aprendido en este tiempo", cuenta.

Triángulo de Amor Bizarro hará mañana un repaso a su último disco, de título homónimo, pero también recuperará temas de otras épocas. "Jugaremos con la escenografía e intentaremos sacarle partido a esto", resume.

Es el segundo reto que asume el grupo coruñés en esta cuarentena. El primero fue en marzo, con el lanzamiento del disco. "Estuvimos un tiempo dándole vueltas, pero lo hablamos con la discográfica y decidimos ir para adelante. La música también tiene que servir para esto, para acompañar a la gente en momento así", señala Caamaño, que apunta, en nombre del grupo, que eran "conscientes de que la gira iba a desaparecer", que el coronavirus no les permitiría hacer lo que más les gusta, subirse a un escenario. "Justo antes de todo eso nos estábamos planteando cambios en los directos y son ideas que mantenemos para el futuro", expone el músico.

A la banda le resulta "curioso" que "la mitad de las canciones del disco parece que hablan de la situación actual", lo que les ha permitido conectar todavía más con el público. "Mucha gente nos escribe y nos dice que le está ayudando. Es la banda sonora de estos días", comenta orgulloso, aunque sabe que "económicamente era mejor retrasar" la publicación. "Por cuestión emocional, preferimos sacarlo. Dentro de unos años nos acordaremos", dice.

Hay "mucho trabajo" detrás del último álbum, y por eso han puesto tanto cariño y esfuerzo en el concierto de mañana. "Vamos a darle ese rollo de momento único, porque un directo así solo es posible hacerlo en las circunstancias que estamos viviendo. Dedicamos tanto tiempo al disco que no queremos devaluar ese trabajo", defiende Rodrigo Caamaño, que define la actuación como una "reinterpretación de todas las canciones". "Esto nos motiva y nos permite no perder el toque", añade.

El contacto entre los cuatro integrantes de Triángulo de Amor Bizarro es "continuo", aunque sean las videollamadas las que les unen ahora mismo. "Cuando sacas un disco, llega la época de mayor trabajo. Estamos hablando continuamente y, en cuanto las circunstancias lo permitan, nos juntaremos", promete.

La "incertidumbre" por el futuro trata de nublarlo todo, pero Caamaño se permite pensar en el momento en que el grupo se reúna. Tocar todos juntos, en el mismo espacio y viéndose las caras. "Tenemos la prisa que tiene todo el mundo. La salud es lo primero. Es un trago duro para todo el mundo y mucho más que duro para mucha gente, así que poco a poco", analiza el cantante del grupo coruñés, que se conformaría con ensayar con sus compañeros. "Pero los conciertos llegarán y ojalá sea más pronto que tarde", desea. De momento, Triángulo de Amor Bizarro tocará desde casa, sin ver al público, sin saltos junto al escenario, sin backliners, pero con la ilusión de hacer lo que más les gusta: música.