Adif inició ayer el operativo para la retirada de los vagones de mercancías arrojados al río Sil tras el descarrilamiento ocurrido el pasado 28 de julio en la línea León-A Coruña, a su paso por Sobradelo (Ourense). Como consecuencia de estas operaciones, la circulación en la línea se verá interrumpida, estableciéndose un plan alternativo de transportes por parte de Renfe.

El objetivo de las tareas es la retirada de los cuatro vagones pendientes: dos de ellos junto a la vía, en el lado del talud; un tercero en el lado del terraplén, y el último en la orilla del río Sil, según informó la empresa pública en un comunicado.

La solución consiste en el desmontaje in situ de los vagones, para facilitar su traslado fuera de una zona de difícil acceso. La duración estimada de los trabajos será de aproximadamente una semana, previsión supeditada a la obtención de los permisos necesarios, el aseguramiento de la integridad de los trabajadores del operativo y del entorno, y a la propia evolución de las tareas "en unas condiciones de notable complejidad".

Por su parte, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil ha abierto diligencias previas para investigar lo ocurrido. De las investigaciones y averiguaciones realizadas por el personal del organismo de cuenca se desprende que los vagones habrían sido empujados de forma intencionada para que se produjera su caída por el talud.

La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, calificó lo ocurrido con los vagones del tren accidentado de "descabellado" y exigió su "retirada" del río Sil y "la clarificación de los hechos". "La manera de despejar las vías ocupadas por vagones descarrilados en ningún caso puede ser despeñarlos al cauce", señaló.

Horas antes de que Adif anunciase que iba a proceder a la retirada de los vagones, la Consellería de Medio Ambiente remitía sendas cartas a los ministros de Transportes, José Luis Ábalos, y para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en las que pide que se tomen las "medidas oportunas" para evitar que los dos vagones del tren descarrilado dañen el patrimonio natural del entorno. La Xunta reclamó a Transportes que, como responsable de Adif, "clarifique oportunamente los hechos" y urgió a que "se adopten las medidas oportunas para evitar consecuencias en el patrimonio natural y la biodiversidad". Precisamente, Adif informó el martes de que ha abierto una investigación para aclarar "todos los detalles" de lo sucedido y "depurará, en su caso, responsabilidades". "La prioridad de Adif en este momento sigue siendo retirar los vagones descarrilados, así como revertir los daños que se hayan podido producir en el entorno a la mayor brevedad posible", alega la empresa pública.

Por su parte, en la misiva remitida por parte de la Xunta al Ministerio para la Transición Ecológica, del que depende la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, el Gobierno gallego reclama también información sobre lo ocurrido.

Desde Adega reclaman a la Fiscalía la apertura de una investigación contra Adif por presunto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente.

La mayoría de los partidos políticos ha coincidido en reprobar lo sucedido, como la portavoz de Ciudadanos en Galicia, Beatriz Pino, quien consideró una "barbaridad que Adif haya consentido y autorizado tirar unos vagones al Sil". El líder de Vox, Santiago Abascal, escribió un tuit en el que alude a la condición de gallega de la presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera: "La presidenta de Adif, una gallega que contamina el Sil".