Los gastos generados por la pandemia de Covid-19 obligaron a la Xunta a inyectar 80,8 millones de euros adicionales el mes pasado en diferentes departamentos, fundamentalmente el sanitario y el educativo, lo que supone una media de 2,6 millones diarios. Desde que en marzo se decretó el estado de alarma ante la irrupción del coronavirus que ha generado una crisis inédita a nivel mundial, el Ejecutivo gallego ya ha inyectado 210 millones extra, procedentes de fondos estatales y créditos. El coste global está sin determinar aún, pero el conselleiro de Facenda, Valeriano Martínez, estima que ronda ya los 400 millones.

En ese golpe económico se incluyen tanto los desembolsos extraordinarios, como la caída de ingresos fiscales. Uno de los indicadores de la tensión generada en las arcas públicas por culpa de la pandemia es el relativo a las inyecciones extra de fondos, que se realizan desde el fondo de contingencias, una hucha presupuestaria para imprevistos que se ha quedado corta y que se está nutriendo de préstamos y fondos procedentes del Gobierno central -en octubre incluyó 93 millones de Madrid, que aportó otros 268 hace unos meses- , aunque también de la reordenación interna de la administración gallega, que derivó el mes pasado a la batalla contra el Covid el dinero no usado en otros asuntos (4,6 millones de partidas de turismo, medio rural y economía).