Menos ingresos, menos producción y menos subvenciones que la media nacional. Estas son algunas de las causas de por qué las explotaciones gallegas poseen una rentabilidad inferior a las del resto del Estado. Un tercio menos.

El Ministerio de Agricultura acaba de publicar los resultados de la Red Contable Agraria Nacional (Recan), un instrumento que busca analizar la repercusión que ejercen las medidas de la Política Agraria Común (PAC) sobre las explotaciones agroganaderas. Y la radiografía que muestra de Galicia es bastante negativa.

Según estos datos, los ingresos medios de las granjas gallegas en 2018 alcanzaron los 24.649 euros. Por el contrario, a nivel nacional superaron los 35.502. Es decir, un 30,5% más. Si se compara con 2010, la renta agraria en la comunidad aumentó un 6,6%, mientras que en el resto del Estado ese porcentaje se multiplicó casi por cinco (30%). Por lo tanto, el sector agroganadero gallego es menos rentable que el nacional y el crecimiento de su rentabilidad en los últimos ocho años ha sido leve. Al contrario de lo que sucede en el resto de España, que con el paso de los años es más rentable y esa rentabilidad la ha incrementado un terció desde 2010.

La Recan tiene como objetivo evaluar la renta de las explotaciones agrarias y cuenta con los mismos principios contables en todos los países. Es la única fuente de microdatos completa en España y armonizada con el resto de los países de la UE.

La caída de la rentabilidad a nivel gallego viene determinada, sobre todo, por dos factores: las explotaciones de la comunidad son menos productivas que las nacionales y reciben menos subvenciones. Estos dos hándicaps los compensan con los costes que son menores en el caso de las granjas gallegas.

La producción total de cultivos y derivados, ganado y productos ganaderos y otras producciones de cada explotación de la comunidad en 2018 fue de 58.464 euros de media. Con respecto a 2010 el incremento fue del 6,6%. Sin embargo, a nivel nacional el aumento de la producción en los últimos ocho años multiplicó por seis esta cifra (38,9%). La producción de las granjas nacionales en 2018 alcanzó los 82.812 euros de media, un 29,4% más que las gallegas.

Las explotaciones agroganaderas de la comunidad son menos productivas, pero también reciben menos subvenciones que las del resto de España. De media, cada granja obtuvo 9.633 euros en ayudas en 2018. Fueron un 20% menos que la media nacional (12.126 euros). Si a nivel gallego, el alza de los subsidios percibidos entre 2010 y 2018 fue del 11%, a nivel nacional, solo alcanzó el 0,6%.

Abono de la PAC

La Consellería de Medio Rural terminó a mediados de año de abonar las ayudas de la PAC del ejercicio pasado a más de 20.000 ganaderos y agricultores de la comunidad. En concreto, el Fondo Gallego de Garantía Agraria (Fogga) les ingresó un montante próximo a los 24 millones de euros. Galicia recibió el pasado año 391 millones procedentes de la PAC, una cantidad que benefició a casi 30.000 agricultores y ganaderos.

Menos productivas, menos subvencionadas, pero con menos costes. Los costes de producción se han incrementado en los últimos años: un 7% entre 2010 y 2018. Es la única variable positiva de las explotaciones agroganaderas gallegas. De lo contrario serían menos rentables de lo que son. En los últimos ocho ejercicios han conseguido que crezcan cuatro veces menos que el resto de España.

Entre 2010 y 2018, los costes ligados a la actividad agraria aumentaron un 7% en Galicia, mientras que a nivel nacional multiplicaron casi por cuatro esa cifra hasta un 31%. De media, cada granja gallega tuvo unos costes de explotación de 43.456 euros durante 2018. Fueron un 27% inferiores a los 59.878 de las explotaciones españolas.

Más de 4,5 millones para ordenar casi 200.000 hectáreas

La Xunta concedió 4,5 millones entre 677 beneficiarios para que puedan elaborar a lo largo de 2021 instrumentos de ordenación o gestión forestal en casi 200.000 hectáreas de monte gallego. De los casi 700 beneficiarios, 58 son de la provincia de A Coruña, 199 de Lugo, 258 de Ourense y 162 de Pontevedra. En cuanto a la superficie a ordenar, casi la mitad de las hectáreas son de Ourense, con 80.605; otras 66.854 son en Lugo, 37.228 en Pontevedra y 11.554 en A Coruña.

Con estas ayudas, se cumple el dispuesto en la Ley de montes de Galicia, que establece que los terrenos forestales deberán disponer de un instrumento de ordenación o gestión forestal. Estos instrumentos de ordenación promueven la protección de los suelos, del agua, el mantenimiento de la biodiversidad o la preservación de la calidad paisajística. Y también ahondan en la valorización de todos los recursos forestales que proveen los montes; madera, biomasa, resina, setas, pasteros o corteza, así como la creación de las infraestructuras verdes y la ejecución de las actuaciones necesarias para la prevención contra los incendios forestales.