La Policía Local de Pontevedra detuvo ayer un hombre que tenía vigente una orden de detención e ingreso en prisión después de que se arrojase al río Lérez y amenazase con agredir a quien se le acercase para evitar su arresto.

Sobre las 18.00 horas y tras más de una hora en el agua, los agentes lograron convencerle de que se entregase, siendo atendido allí mismo de una leve hipotermia por el personal sanitario que se había desplazado en una ambulancia.

El suceso se produjo sobre las 16.30 horas en las proximidades del puente de los Tirantes y de la propia Jefatura de la Policía Local. Allí, una dotación policial reconoció al detenido -—de unos 30 años y de complexión fuerte-— que conducía un vehículo en el que se desplazaba con más personas.

Al darle el alto y mientras trataban de identificarle, el individuo huyó a pie, se lanzó al río a pesar de las bajas temperaturas y, aunque no portaba ningún arma, advirtió de que opondría una fuerte resistencia para su detención.