Por cuarto año consecutivo, la AP-9 ha sido la autopista que más ha subido los peajes en España. Otras dos concesionarias han incrementado las tarifas, mientras que todas las demás han decidido bajarlas —entre un 0,08 y un 0,11%— o mantenerlas como en 2020. Pese a las subidas de los precios en la vía que vertebra Galicia, miles de usuarios se ven obligados a recorrer a diario o de manera puntual alguno de los 220 kilómetros de la autopista que comunica Ferrol con Tui y la frontera portuguesa. Unido al malestar de los usuarios, que se han plantado y han optado por carreteras convencionales para evitar el cada vez mayor desembolso por cruzar una cabina de peaje de la AP-9, las restricciones de movilidad impuestas por el COVID han dejado casi desértica la autopista gallega. En los primeros nueve meses de 2019, el tráfico en la vía de pago cayó casi un 30%, con una media de 17.803 usuarios cada día frente a los 24.815 de media del mismo periodo del año anterior. Son una media de 7.000 conductores menos al día. Se trata del peor balance en el tránsito de la AP-9 desde hace más de dos décadas, en concreto desde 1999 —entonces la intensidad media diaria no llegaba a los 17.700 viajeros—.

En toda la historia de la Autopista del Atlántico desde que hay estadísticas (1990), solo el año de la pandemia junto con otros siete ejercicios han registrado caídas de tráfico (1992 y desde 2008 hasta 2013 de manera ininterrumpida), según datos del Ministerio de Transportes que recoge la evolución de viajeros de las vías de pago en España. De mantenerse el ritmo de los primeros nueve meses del año, 2020 se cerrará con la cifra más baja de viajeros tras seis años continuos al alza.

En septiembre, la cifra de viajeros cada día fue de 22.216, un 15% menos que los más de 26.000 que se habían registrado un año atrás. Se trata del peor balance en el noveno mes del año desde el año 2014. Entonces la media diaria de usuarios que cruzaron alguna de las cabinas de peaje en el AP-9 tocó fondo con solo 22.022. Desde ese año el uso en septiembre de la autopista de pago empezó una tendencia al a baja, solo rota en 2019, con un ligero incremento del 1,3%.

El mayor impacto de la pandemia en el tráfico fue en los meses en que se declaró el estado de alarma, entre marzo y junio, con desplome en abril de casi el 80% al pasar de casi 24.000 viajeros cada día en 2019 a apenas 5.000 el año pasado.

El sector del transporte es uno de los colectivos que más utiliza la AP-9 en sus trayectos para hacer llegar la mercancía a destino. En plena pandemia, los transportistas, en especial los de alimentación, ganaron peso en el conjunto de los usuarios de la vía de pago. Si su peso en el conjunto de los viajeros que recorren la autopista se sitúa de media entre un 8% y 10% —2009 se cerró con un 8,4%— durante el año COVID se llegó a duplicar e incluso triplicar. En abril, el primer mes completo tras decretarse el estado de alarma, los vehículos pesados llegaron a representar más del 23% de los usuarios que recorrieron la vía de pago. En concreto, según datos del departamento dirigido por José Luis Ábalos, en abril viajaron una media de 1.270 camiones de media cada día por la AP-9 de los 5.440 usuarios totales. Esta es precisamente la cifra más baja en la historia de la Autopista del Atlántico y una de las cinco que se quedaron por debajo de la barrera de los 10.000 viajeros diarios. Las otras fueron en enero de 1990 y de 1991 y en enero y febrero de 1992, pero todas estas por encima de los 9.000 viajeros diarios.

Tras el revulsivo del verano, los dos únicos meses que se quedaron en el año de la pandemia por encima de los 24.000 usuarios al día, la AP-9 volvió a sufrir un batacazo en su caja con una caída en el tráfico.

Con una media de poco más de 22.200 conductores que tomaron cada día la vía de pago en septiembre, el descenso fue del 8% respecto al mes anterior (24.220) y del 15% en relación al ejercicio anterior. Para encontrar un volumen de usuarios más bajo en la Autopista del Atlántico en el noveno mes del año hay que retroceder hasta 1998, con una media de 16.818.

A la espera de la prometida rebaja en los peajes

Las reclamaciones de camioneros, repartidores, buseros, taxistas, autónomos y particulares junto con partidos políticos por una rebaja de los peajes ha caído en saco roto y en el arranque de 2021 han tenido que afrontar un alza en las tarifas de casi un 1%. El único tramo que no ha sufrido variaciones respecto al año pasado ha sido el de Pontevedra-Vigo, que se mantiene en 4 euros; mientras en el resto, los precios se han encarecido. Hoy, viajar de A Coruña a Vigo por la vía de pago, la más cara de España, acarrea un desembolso de 17 euros, alcanzando los 34 euros en el caso de hacer el trayecto de ida y vuelta. Desde el Ministerio de Transportes, que en los presupuestos del Estado para este año recogió una partida para abaratar el peaje en la AP-9 en determinados supuestos, como es el caso de viajeros que en el mismo día realizan trayectos de ida y vuelta y utilicen algún sistema de pago automático, confirmaron este mes que la intención es aplicar las rebajas a lo largo del primer semestre de este año, por lo que, si se agota el plazo, no se implantarían hasta junio. Para este abaratamiento de los peajes de la AP-9, el Gobierno central habilitó 55 millones de euros este año. El ahorro medio para los usuarios frecuentes, aquellos que en el mismo día realizan trayectos de ida y vuelta y utilicen algún sistema de pago automático, será de unos 100 euros mensuales. El objetivo es que los descuentos se prolonguen hasta el año de finalización de la actual concesión —que expira en 2028—.