La pandemia ha paralizado buena parte de las actividades económicas y sociales. Durante los casi 100 días del primer estado de alarma estuvieron casi detenidas. Por ejemplo, no se podía ni entrar ni salir de España, salvo por causas justificadas. Esta prohibición de movimientos, la inestable situación económica y las restricciones en otros países provocaron que el año pasado se redujese casi a la mitad el número de nuevas inscripciones de gallegos en el padrón de residentes en el extranjero. Si en los cuatro ejercicios anteriores se movía entre las 17.000-18.000 personas al año, en 2020 cayó por debajo de las 10.000 (9.385). Es la cifra más baja de la última década y un 45% inferior a la del ejercicio anterior, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Si se analiza la serie histórica de los últimos años, los datos revelan que fue en 2010 cuando se contabilizaron más inscripciones de gallegos en otros países (34.456). Desde entonces se había producido una ligera caída todos los ejercicios, excepto un leve repunte en 2019.

Desde hace tiempo, Galicia vive instalada en su particular invierno demográfico: disminuyen los nacimientos y aumentan las defunciones. El saldo vegetativo lleva en negativo desde 1988 por lo que no hay relevo generacional.

En la última década, el número de habitantes de la comunidad cae de forma acusada sin que se atisbe el final de esta sangría demográfica. En 2010, Galicia contaba con 2.797.653 empadronados. En 2019, por primera vez en las últimas dos décadas, la población gallega bajó de los 2,7 millones, aunque volvió a recuperar esta cifra un año después.

Una de las soluciones para cortar esta hemorragia poblacional pasa por conseguir que una parte de los gallegos que viven en el extranjero retornen o vengan a vivir (muchos son nacidos en sus países de residencia) a la comunidad.

Pese a la pandemia, el padrón de gallegos en el extranjero aumentó en 184 personas durante el pasado año, con lo que a 1 de enero de 2021 alcanzó los 523.856. Es la subida más baja de la última década, aunque es destacable que pese a las complicaciones que ha provocado la pandemia haya aumentado la cifra. La provincia de A Coruña cuenta con el mayor número de gallegos que vive fuera de España, con 182.096; seguida de Pontevedra, con 153.474; Ourense, con 113.929; y Lugo, con 74.357. Del más de medio millón de gallegos que residen en el exterior, el 51,4% son mujeres. Desde la crisis de 2008, el padrón de la diáspora se ha disparado un 44% (en 2016, por primera vez en la historia se superó el medio millón de gallegos en el extranjero), mientras que la población que reside en Galicia ha caído un 3,3% en ese periodo.

Pero no solo crece el número de gallegos en el exterior y bajan los que residen en la comunidad, sino que los primeros se rejuvenecen cada año, mientras que la población que vive en Galicia cada vez es más mayor y menos numerosa. Los menores de 16 años de la diáspora (la gran mayoría de ellos nacidos en su país de residencia, es decir descendientes de emigrantes) se han disparado un 20% al pasar de los 41.493 de 2009 a los 49.895 de 2020. Por el contrario, esta misma franja de edad de los habitantes de la comunidad ha caído un 0,5% en el mismo periodo.

De todos los gallegos en el exterior (523.856), 112.693 viven en Europa (el 21% del total); mientras que América es el continente en el que más hay con 406.651 (77%). Por su parte, 2.021 (el 0,3%) habitan en Oceanía; 1.428 (0,25%) en Asia; y 1.063 (0,2%) en África. Los cinco países con más gallegos son Argentina (181.416), Brasil (49.593), Cuba (44.283), Suiza (41.169) y Uruguay (40.541).

Ocho de cada diez nuevas incorporaciones han nacido en su país de residencia

Cada año, el número de gallegos que vive en el extranjero aumenta. En 2016 se superó el medio millón. Pero el incremento no viene por la salida a otros de países de los que residen en la comunidad, sino por las nuevas altas de los que han nacido fuera de Galicia. Es decir, descendientes de emigrantes que han nacido en el país de residencia. De las casi 10.000 nuevas inscripciones de gallegos en el extranjero que hubo el año pasado, el 78% cumplen este requisito. Del total, 3.519 pertenecen a efectos electorales a la provincia de A Coruña (800 nacieron en ella, 113 en otra provincia y 2.606 en el extranjero); seguida de Pontevedra, con 2.826 (643, 92 y 2.091). A efectos electorales, 1.755 pertenecen a Ourense (de los que 221 nacieron en esa provincia, 28 en otra y 1.506 en otro país), mientras que 1.285 son de Lugo (de los que 137 nacieron en la propia provincia, 33 en otra y 1.506 en el extranjero). Los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) a fecha 1 de enero de 2021 confirman la tendencia demográfica que experimenta la diáspora en los últimos años. La cifra de gallegos nacidos en Galicia que vivía en el extranjero en 2009 alcanzaba el 43%. El año pasado, ese porcentaje estaba en el 28%. Esta caída, que comenzó en 2011, se debe al aumento del número de hijos, nietos y descendientes de otras generaciones que se dan de alta en el padrón porque acaban de nacer o porque han adquirido la nacionalidad española ya que han nacido en otro país.