¿Un examen de rendimiento ayudará a mejorar la calidad de la gestión pública?

Para eso es importante cambiar la forma de trabajar. Hay que empezar por planificar. La evaluación del desempeño es una técnica más que recomendable para la mejora de la gestión pública. Lo que no se mide no se puede mejorar. Lo que no mejora se devalúa. El problema es que no se trabaja por objetivos en la gestión pública.

El primer paso, ¿será entonces fijar objetivos para evaluar si los empleados públicos los cumplen?

Exactamente. Hay dos formas de establecer la evaluación por objetivos, aunque se pueden aplicar las dos simultáneamente: una es evaluar el servicio y la otra evaluar individualmente a los trabajadores porque la calidad de la gestión pública es algo percibido. Si la ciudadanía, los usuarios no perciben que el servicio se está prestando bien, pues igual no lo estamos haciendo tan bien. Incluso hay algún modelo en Europa en el que participan en esta evaluación del desempeño las organizaciones sociales, empresariales, ciudadanía. Es muy importante definir el modelo correctamente.

¿En otros países ya se evalúa el trabajo de los empleados públicos?

Sí. Francia, Italia o Portugal han establecido sistemas de evaluación de desempeño. Y en España lo que hay es un sistema de desarrollo de la carrera profesional que obedece a un café para todos porque se basa en la antigüedad. La antigüedad es un buen parámetro, porque la experiencia aporta valor en el conocimiento y desempeño de tu trabajo pero tiene que ser uno de tantos. En Europa no todo se mide igual, porque hay cosas que no se pueden medir al peso: hay quien no ha aprobado un expediente en una semana pero ha estado programando o planificando…

Los indicadores que se fijen, ¿no deberán tener en cuenta solo la cantidad sino también la calidad del trabajo?

Claro. Y siempre va a haber un grado de discrecionalidad, pero tiene que haber al menos una serie de criterios objetivos porque si no te puedes ver en alguna situación de absoluta indefensión.

¿Y cómo se consigue evitar esta discrecionalidad?

Se pueden implicar a los agentes sociales. Si tienes colectivos, tejido asociativo, empresarial que son destinatarios de nuestro trabajo, pues por qué no dejarlos participar también en la evaluación. Deben ser censos abiertos, para evitar también la endogamia de la administración pública y que se produzcan estas pequeñas distorsiones porque es un proceso complejo y puede generar cierta conflictividad en su implantación.

¿Se deberían tener en cuenta las encuestas de satisfacción de usuarios?

Sí, debería ser uno de los parámetros.

¿Y cree que se debería penalizar a los empleados públicos que no superen la evaluación?

Lo que sucede en algunos países si no lo superas te obligan a una formación. Pero hay que pensar siempre en un estímulo positivo, no en uno negativo, a veces no recibir una retribución ya es suficiente penalización.