Ahorrar tiempo y coste. Bajo esta premisa proponen los expertos económicos diseñar el futuro del sector público. Para ello, la receta pasa por asentar la inteligencia artificial a la Administración, una revolución para los procesos productivos y los métodos de trabajo entre los funcionarios. Integrantes de la Red Local de Administración Pública (Red Localis), entidad gestionada por el grupo de investigación GES (Governance and Economics Research Network) de la Universidade de Vigo, abogan por el impulso de la inteligencia artificial para la mejora de la gestión del día a día en el sector público, especialmente en los ayuntamientos.

En un informe presentado ayer en Santiago, sus autores —Eva Mota, Andrés Montoro, Adán Nieto y José Ángel Olivas— auguran que esta herramienta supondrá un “cambio radical” ya que agilizará el trabajo y además reducirá costes y además permitirá un control interno del funcionamiento de las administraciones.

La ayuda de esta tecnología, aseguran, no repercutirá en la eliminación de puestos de trabajo, sino en una mayor eficiencia con “menores costes”, pues se busca reducir las tareas “más mecánicas”. Todo ello —defienden— para fomentar que “la administración tenga alma”.

En el punto de mira, los expertos colocan el método de trabajo que tienen que utilizar en su día a día los interventores. Los habilitados nacionales, aseguran los autores del informe, son los son “auténticos héroes” que garantizan la legalidad en las administraciones locales y “hasta ahora —advierten— han estado trabajando casi como los Picapiedra”.

El uso de robots por parte de estos trabajadores ahorrará mucho tiempo que cada tarea que acometen a diario. y que son cruciales para el funcionamiento interno de un ayuntamiento. Un ejemplo basta para conocer el alcance de la medida si se extiende al conjunto de los ayuntamientos, tal y como detalló en su exposición María Cadaval, profesora de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago e integrante de la Red Localis: su implantación en el Concello coruñés de Rois ha permitido que tiempos de tareas que antes se realizaban en tres horas ahora se realicen en solo en 20 minutos.

A la hora de evaluar costes, Eva Mota, interventora en el Ayuntamiento de Chiclana (Cádiz) consideró que “es imposible” que cada unos de los 8.000 ayuntamientos de España desarrolle su propio software, por lo que aquí apunta a la colaboración público-privada como clave para que la implantación de la inteligencia artificial se extienda en la administración pública.

La implantación de esta tecnología permitirá paliar la falta de medios técnicos y humanos en municipios para que los interventores y secretarios desempeñen sus funciones de la mejor manera con el acceso a datos “de manera rápida” y poder asesorar a los órganos electos, según destaca Mota. Las ventajas se traducirán en un ciudadano más “satisfecho” a la hora de pagar impuestos al ver que el funcionamiento de la administración tiene una mayor “eficacia”. Al ser una herramienta de control interno, su uso se traducirá en un mejor funcionamiento del sector público.