Cada año navegan frente a las costas gallegas más de 12.000 buques cargados con mercancías peligrosas, en su mayoría cargados con hidrocarburos como los que transportaba el Prestige y que tiñó de chapapote más de mil kilómetros de litoral. Y a diario cientos de embarcaciones de pesca y de uso recreativo surcan las aguas de la comunidad, que en caso de avería hacen saltar las alarmas por la contaminación que pueden generar. Desde 2020, Galicia no ha sido escenario de grandes episodios de contaminación en el mar, pese al gran tráfico marítimo que registra su costa gallega, si bien sí se han perdido algunas vidas —el mes pasado dos marineros de cerco—. Así lo destacó ayer la conselleira do Mar, Rosa Quintana, durante la renovación en A Coruña de un convenio para apoyar a Cruz Roja en salvamento marítimo y en la lucha contra la contaminación.

“Hemos perdido algunas personas en el mar, ese mar que nos da tanta riqueza a veces nos quita lo más importante”, lamentó la conselleira, quien explicó que los accidentes laborales “suceden en cualquier rama de actividad, pero en el mar se sienten de manera especial”. En este sentido, 2020 fue un año “complicado” por esta razón, aunque celebró que sin mucha contaminación.

Acompañada por el delegado territorial de la Xunta en A Coruña, Gonzalo Trenor, y la presidenta de Cruz Roja en Galicia, María Carmen Colmeiro, renovaron la colaboración en salvamento y lucha contra la contaminación marítima. Con este objetivo, Mar destinará 30.000 euros las actividades de este año y que incluyen, entre otras, operaciones de rescate y de busca de desaparecidos en el mar. El convenio incluye la creación de una comisión para el seguimiento y coordinación de cada actuación. La colaboración también se materializa con la cesión de equipamientos como la embarcación de la Cruz Roja que visitó la conselleira y que fue cedida por el Servicio de Gardacostas. Se trata de la Condesa Pardo Bazán, que cuando pertenecía a la Xunta se denominaba Serra do Galiñeiro, con 11 metros de eslora y 3,90 metros de manga, un arqueo de 10,45 TRB y dos motores.

Quintana recordó que Galicia es la única comunidad con un servicio de guardacostas propio y que este departamento lleva más de una década de colaboración con la Cruz Roja. Algunas de las acciones de la Cruz Roja en este área son la participación en ejercicios de entrenamiento, operaciones de busca, salvamento y rescate, servicios de asistencia y remolque de barcos y tareas de apoyo en materia de lucha contra la contaminación marina.