Cada vez más propietarios realizan rehabilitaciones verdes en sus viviendas para que estas obras contribuyan a un menor impacto sobre el medio ambiente y permitan reducir el consumo energético y la generación de residuos. Para medir el nivel de eficiencia en los hogares se emite el certificado energético, un documento obligatorio para los inmuebles en venta o en alquiler y que en Galicia ya tienen más de 200.000 pisos. Pero poco más de 46.000 logran un aprobado en el aislamiento de ventanas, puertas o fachada y el sistema de calefacción (23%) y solo 6.600 (3,3%) alcanzan los niveles máximos de ahorro energético (distintivos A y B). En el mapa autonómico de estos certificados, destaca la tasa de eficiencia que presentan las viviendas de la provincia de A Coruña, que lideran el índice con más de la mitad del parque inmobiliario de toda Galicia con notas altas.

En concreto, son más de 3.500 pisos y casas ubicados en ayuntamientos coruñeses que cuentan con un distintivo de nivel A o B, lo que supone el 3,73% del total de certificados energéticos emitidos en la provincia y el 53% del total de esta categoría en Galicia, según datos de la Consellería de Economía. Le siguen en el ranking los inmuebles en Lugo, con el 3,5% de las viviendas que disponen de este documento en la provincia con el nivel más alto aunque en número es más reducido que en otras provincias (675).

En Pontevedra y Ourense, con unos índices de eficiencia energética máxima del 2,7%, las cifras absolutas difieren notoriamente, ya que en la primera casi cuadriplica a la segunda en número de hogares con certificados realizados: más de 68.000 frente a apenas 18.500. Así, en Pontevedra aparecen registrados más de 1.900 pisos con nivel A y B, mientras en Ourense son pocos más de 500.

Le explicación a estos resultados en los certificados energéticos se encuentra en la antigüedad del parque inmobiliario: en Galicia más de 340.000 viviendas tienen más de cuarenta años y de ellas más de 76.000 superan las siete décadas. De ahí que los inmuebles de A Coruña presenten un índice más alto de eficiencia ya que tiene en el mercado de venta y alquiler viviendas de más reciente construcción.

Incentivos

Para tratar de incentivar la mejora energética de los hogares, el Ministerio de Transportes anunció el pasado mes de abril un plan de deducciones de entre un 20% y un 60% en el IRPF para aquellos propietarios que acometan obras de mejora.

En concreto, las deducciones de un 20% se aplicarán si se reduce, al menos, un 7% la demanda de calefacción y refrigeración de la vivienda habitual o de su titularidad, en arrendamiento como vivienda habitual. Según el Gobierno, con cambiar las ventanas por unas de altas prestaciones valdría para acceder a este incentivo.

Si la reducción del consumo de energía no renovable alcanza el 30%, la deducción en el IRPF será de un 40%. Y si las obras contribuyen a la mejora de la eficiencia energética de edificios completos en un 30% o permiten cambiar la calificación energética del inmueble para obtener una clase energética A o B, alcanzará el 60%. Estos incentivos fiscales se enmarcan en el Plan de Recuperación y Resiliencia enviado por el Gobierno de Sánchez a Bruselas y que recoge una partida de 6.820 millones para la rehabilitación de vivienda y regeneración urbana.

A raíz del confinamiento, que ha sacado a la luz la necesidad de reformas que antes pasaban desapercibidas, en Galicia las obras de mejora puntuales aumentaron un 30% y en torno a un 15% las rehabilitaciones totales.