Más que amor, frenesí en el mercado inmobiliario. La pandemia ha acelerado las ganas de cambio entre la población: de trabajo, de pareja y también de vivienda. Este último sector se encuentra en racha, según los datos aportados ayer por el Instituto Nacional de Estadística. La compraventa de viviendas en Galicia ha aumentado un 14,6% en el último año. Según los últimos datos, registrados en el mes de octubre, se realizaron 1.668 operaciones de este tipo. Se trata de la mejor cifra en un mes de octubre de los últimos once años, prácticamente equiparable a antes del pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Para encontrar un dato mejor, hay que retrotraerse al mismo mes de 2009 cuando aún no se notaban con fuerza las consecuencias de la debacle del ladrillo.

Galicia no se escapa al furor del mercado, que se vive en el resto de España y en todo el mundo. De hecho, el informe publicado por el INE revela que a nivel estatal las compraventas tienen los mejores resultados de los últimos 14 años. Y en ámbito planetario, se observa la subida más rápida de precios de pisos en las últimas tres décadas.

En octubre de 2010, en nuestra comunidad autónoma se realizaban 1.374 compraventas de casas o pisos. A lo largo de la última década, el mercado no solamente ha alcanzado cierta recuperación —reforzada tras la pandemia, como en un fenómeno sociológico digno de estudio—. También se ha alterado su modelo. En el año 2010, el 60,7% de las ventas eran de vivienda nueva. Con los datos del último mes de octubre en la mano, el 74,2% de las operaciones corresponden a vivienda usada con una mayor apuesta por la rehabilitación y las reformas.

Miedo al estallido de otra burbuja

De todos modos, Galicia todavía está ocho puntos por debajo de la media española en la aceleración del mercado. En toda España, se realizaron en octubre 46.242 operaciones de este tipo: un 22,2% más en relación a 2020, su mayor cifra en este mes desde el ejercicio 2007. Paralelamente, empieza a crecer el temor a la aparición de nuevas burbujas inmobiliarias debido a los siguientes factores. Suben los precios de las casas, pero no los salarios de la mayoría de los ciudadanos. En la UE, los precios subieron de enero a marzo un 6,1%: la mayor alza desde 2007. Y la escasez de oferta inmobiliaria, no olvidemos que también hubo un parón en la construcción, acelera aún más la cavitación de las famosas burbujas.

Dentro de las compraventas realizadas en Galicia, 1.600 corresponden a vivienda libre y 96 a protegida, 1.238 a usada y 430 a nueva. Se realizaron 76 compraventas por cada 100.000 habitantes. Y en total se transmitieron 8.880 fincas, de ellas 3.249 correspondían a viviendas: con las 1.668 compraventas, 40 donaciones, tres permutas, 742 herencias y 796 movimientos de otro tipo.

A ese afán por cambiar de casa han ayudado los ahorros familiares provocados por el parón pandémico, la existencia de más estímulos fiscales, que esa compra se ve como una inversión y que los intereses son más bajos. Pero también resulta determinante que, tras aquellos meses de encierro, todo el mundo quiere convertir su hogar en el locus amoenus del que hablaban los poetas.