Entre la vorágine de papeles de regalo y turrones devorados en estas recién finalizadas Navidades, algunos ya empiezan a soñar con las playas. Todavía a mediados de diciembre, el tercero más cálido de los últimos 40 años según certificó Meteogalicia, intrépidos bañistas aprovecharon el buen tiempo para zambullirse en el Atlántico. La costa gallega es la que tiene aguas de mejor calidad para el baño de toda España, con el mayor número de zonas consideradas “excelentes” por la Agencia Europea del Medio Ambiente. A esa categoría se ha llegado sobre todo gracias a la evolución de la última década. En 2011, el 74,3% de las playas de las ciudades de Galicia —A Coruña, Ferrol, Pontevedra y Vigo— tenían aguas de calidad “excelente” para el baño. Pero diez años después se pasó a más del 96%, gracias a factores como la depuración integral en rías como la de Ferrol o la eliminación de vertidos como en A Coruña.

Los datos de la Consellería de Sanidade aparecen confirmados por el Instituto Galego de Estatística. La ciudad de A Coruña tenía en 2011 siete zonas de baño: seis excelentes y una buena, en 2019 ya eran todas excelentes. Una mayor progresión se observa en Ferrol, que partía de esa mencionada base de falta de saneamiento. En 2011 tenía nueve zonas de baño con aguas excelentes, dos de calidad buena y dos de calidad “insuficiente”. En 2019, ya eran once con aguas excelentes y una de calidad suficiente (las áreas habían pasado de 13 a 12). La clave se encuentra en la playa de Caranza: con el saneamiento iniciado en 2017 ya pasó en un año de insuficiente a excelente. Donde antes se prohibía el baño o incluso figuraba como punto rojo de los institutos marítimos como única zona de exclusión al marisqueo en España... ahora se desplegaba una cala ideal para unos largos a orillas del barrio más poblado de la urbe naval.

En cuanto al área metropolitana de A Coruña, la evolución es dispar. Arteixo contaba en 2011 con diez zonas de baño: nueve de calidad excelente y una insuficiente. Diez años después, solo se contabilizaban las nueve excelentes. Oleiros ha vivido una situación similar: de seis zonas excelentes y una insuficiente hace doce años, a quedarse con solo las seis excelentes.

En cambio, Sada ofrece datos diferentes al resto de los concellos playeros de la comarca. En 2011, tenía cuatro playas con aguas de calidad excelente, una buena y otra “insuficiente”. En 2019 pasó a dos excelentes, dos buenas y dos insuficientes, según los datos que registran tanto la Consellería de Sanidade como el IGE.

Pontevedra no presentaba zonas de baño en 2011 pero sí una diez años después, y con calidad excelente. Y Vigo arrojaba los siguientes porcentajes hace diez años: el 68% de las zonas de baño excelentes, el 24% buenas y el 8% suficientes. Después, pasó a un 96% de excelentes y un 4% de buenas.

En todo el litoral gallego, 400 zonas cuentan con la máxima categoría de excelencia para el baño. La cifra dobla a las siguientes comunidades con esos parámetros de calidad: las cuencas mediterráneas andaluzas (233) y las internas de Cataluña (214).