En un día tan azul como el de ayer, la Torre de Hércules mira de frente a los astilleros de Navantia. Tan solo 53 kilómetros separan a las ciudades del noroeste. Y sin embargo, una suerte de muro de Berlín invisible parece interponerse entre ambas. A Coruña-Ferrol: tan lejos, tan cerca. La AP-9 nació para salvar rías y valles ártabros. Los ferrolanos alcanzan la entrada coruñesa en media hora en coche. Pero un viaje en bus dura entre 50 minutos y casi dos horas —según las paradas—, y en tren entre 80 minutos con mucha suerte y más de dos horas en algún servicio del fin de semana. El AVE ha llegado a Galicia pero los 650.000 habitantes de las áreas de A Coruña y Ferrol siguen partidos en dos.

La indignación crece entre los vecinos de los concellos comprendidos entre estos polos, ante los cambios en el transporte público cuya competencia corresponde a la Xunta. Hasta hace un año y durante tres décadas, Arriva llevó la concesión de los autobuses. Posteriormente, pasó a Monbus. Y los servicios se han reorganizado esta semana con medidas como las siguientes: “Han suprimido el bus de las 06.30 que permitía llegar a los trabajadores a tiempo, y a los pacientes de oncología recibir atención a primera hora en el Chuac; los universitarios tampoco tienen el transporte con el que contaban antes y deben coger el de las 07.00 horas que va por carretera para llegar a clase a las 09.00”. Así lo explica Teresa Vázquez, portavoz de la plataforma de afectados. Si con la anterior compañía, el trayecto siempre se hacía en 50 minutos “ahora no hay recorridos regulares”.

Otro ejemplo: “Se han modificado trayectos para cubrir necesidades de colectivos especiales que antes tenían buses específicos, por eso puedes tirarte dos horas de camino”. Según Teresa Vázquez, “supuestamente se hicieron unos cambios para mejorar, pero al final empeoran y nos ponen buses de dos plantas para 90 personas en plena pandemia”.

El malestar también reina entre los mandatarios locales. Preguntada por este diario, la alcaldesa de A Coruña recalca que “ambas ciudades tienen que estar mucho mejor conectadas”. “Ya abordé este asunto con el alcalde de Ferrol y defendemos lo mismo”, dijo. Inés Rey afirma que “el ferrocarril en su situación actual no es operativo y el transporte en autobús, de competencia autonómica, tiene que ser mucho más eficaz”. El regidor ferrolano lamenta que “vivamos en una situación que genera desigualdad y agrava la despoblación rural, resulta fundamental un servicio competitivo para atender a la capacidad industrial de estas ciudades”. Ángel Mato añade que “perjudica a trabajadores, estudiantes y también a pacientes del rural —como San Sadurniño o Cariño— que ya no tienen buses para recibir los tratamientos oncológicos de primera hora en hospitales coruñeses”.

El personal estatutario del Sergas que trabaja en A Coruña tiene que partir de Ferrol en el bus que sale a las 06.10 por carretera. También se han alterado los servicios que iban directamente a las empresas. Según los usuarios, “Arriva daba cobertura a todos y se ajustaba a los horarios de los trabajadores”. Estos cambios han afectado a las rutinas: “Hay personal estatutario que para no ir en coche se levanta a las 05.00 de la mañana para coger el bus de las 06.10, pero lleva un año así y no aguanta más”, explican los usuarios. ¿Y el tren? “Ni nos lo planteamos para ir a trabajar, tarda como muy poco una hora y 20 minutos... cuando debería llegar en un cuarto de hora con una línea moderna”, indica Teresa Vázquez.

Los sindicatos alertan que estas modificaciones también afectan a los trabajadores. Según Beatriz Fernández , responsable de la Federación de Servizos de CIG, “en Ferrolterra quedamos totalmente aislados y la inmovilidad de la Xunta es sangrante, dice que se aumentaron 11 líneas de autobuses pero solo se mezclan las escolares con las interurbanas, suprimen el servicio de primera hora por autopista y el directo que iba a los hospitales”. En cuanto a los transportistas, “hay conductores de Ferrol que son enviados a Pontevedra, se agrava aún más la precariedad laboral de la zona”. ¿Quién coge el tren? “Nadie, porque hay días que lleva casi el mismo tiempo viajar de A Coruña a Ferrol que de Ourense a Madrid”.

Crece así el desarraigo entre Ferrol y A Coruña de aquel poema de Kavafis:Viejo amigo, ¿qué es lo que buscas? Tras tantos años de ausencia llegas con las imágenes que albergabas bajo cielos extraños, muy lejos de tu tierra”.

Bonos de bus a 50 euros, peajes a 5,05

Los usuarios admiten que la Xunta ha bajado los precios, un bono de un mes entre ambas ciudades puede costar sobre 50 euros. Los que eligen ir en su coche por autopista gastan 5,05 euros de peaje con las nuevas tarifas, aunque ahora la vuelta salga gratis con el telepeaje. La alcaldesa de A Coruña, Inés Rey, incide en que “con el gobierno de Pedro Sánchez los peajes con viaje de ida y vuelta cuestan la mitad que cuando gobernaba el PP, pero tenemos que promover mejoras en el transporte público para una movilidad más sostenible”.

La plataforma de viajeros defiende el autobús como “opción segura y menos contaminante”. Y como dice Beatriz Fernández (CIG) “un mileurista no se lo puede permitir”. Este viernes, alcaldes de Ferrolterra, Eume y Ortegal exigían a la Xunta que “el transporte de viajeros y el escolar recuperen de inmediato líneas y horarios de hace un año”. Los cambios afectan a todos los concellos: alumnos de la Escuela de Hostelería de Pontedeume se quedan sin la vuelta de las 15.10 horas, pasa a las 17.00.

El alcalde de Ferrol considera “extraordinaria la llegada del AVE a Galicia pero el desarrollo ferroviario es incompleto por la situación de mi ciudad”. Según indica Ángel Mato a este diario, “he pedido al Gobierno la mejora de la comunicación ferroviaria para atender a un puerto exterior determinante para la eólica marina, también queremos un trazado mixto para mercancías y pasajeros que lleve hasta A Coruña en 20 minutos”. Culpa a la Xunta del “empeoramiento del servicio de autobuses”. Y aspira a “la desaparición de los peajes entre estas ciudades, o la incentivación del tren”. Para Mato, “se condiciona el acceso de la población a la sanidad, la educación y la justicia por falta de transporte, se generan desigualdades”.