No hay sector ni actividad económica que haya podido esquivar la escalada de precios que obliga a empresas y particulares a reducir al máximo sus gastos para hacer frente a las cada vez más elevadas facturas. En algunos casos ya inasumibles. El sector de la construcción no es ajeno al alza de los precios, una situación de la que ya había advertido el año pasado a raíz del estallido del COVID y que en los últimos meses se ha agravado, más todavía tras la invasión de Ucrania.

Desde la Asociación Provincial de Promotores Inmobiliarios de A Coruña (Aproinco) advierten de las consecuencias que traerá este alza desmesurado de los precios si no se toman medidas “urgentes y radicales”. La amenaza —alertan— no es otra que el “desabastecimiento” en el mercado y, en consecuencia, “la paralización del proceso constructivo, con la imposibilidad de cumplir los plazos pactados con los clientes”. “Y ello sin olvidar nunca la situación de paro, ERTE, preconcursos...”, auguran desde Aproinco en un comunicado emitido ayer.

Ante esta situación, los promotores inmobiliarios alertan de que el cumplimiento de los plazos de edificación y entrega a los clientes peligran de no tomarse las medidas oportunas para evitar el desabastecimiento y, el colapso de todo el proceso de promoción y construcción de las viviendas.

En la última semana distintas fábricas de componentes de construcción anunciaron ya la paralización de los procesos de fabricación, cuando no el cierre o la inminencia del mismo. “Importantes fabricantes de acero-hierro, níquel, aluminio, ladrillos y materiales cerámicos, aglomerados de madera... ya han denunciado la situación absolutamente dramática de sus cadenas de producción”; avisan los promotores coruñeses.

Por ello, urgen al Gobierno central a tomar cartas en el asunto para que “puedan devolver los costes de la energía a unas cifras asumibles por los particulares pero, especialmente, por las fábricas electrointensivas y demás sectores productivos”.