La Opinión de A Coruña

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SINIESTRALIDAD GALICIA

La noche suma un tercio de los accidentes de tráfico graves pero deja el 40% de los muertos

Los siniestros viarios entre el ocaso y el amanecer son un 13% más letales que los ocurridos durante el día | En horario nocturno se viaja más sin cinturón, alerta el Sector de Tráfico

Accidente con tres fallecidos en Salceda el año pasado. | // SCHENICK

Con peores condiciones de luz y visibilidad, los reflejos y la capacidad de reacción al volante se ven mermados. La noche es la gran enemiga de la conducción. En Galicia, la mayoría de los accidentes de tráfico se producen entre ocaso y el amanecer (el 52%) y, además, son más letales que los diurnos. Aunque la mayoría de siniestros graves —con víctimas, tanto en vía urbana como interurbana—, se producen durante el día (72% del total), el amanecer, el atardecer y la noche se cobran casi el 40% de los muertos en carretera pese a suponer menos de un tercio de los siniestros con heridos o fallecidos. Y todo ello, a pesar de que es el periodo con menor intensidad circulatoria.

Son muchos los factores que influyen en las estadísticas de siniestralidad, desde el estado del conductor hasta el de la carretera, pero también por las condiciones meteorológicas y el mantenimiento del vehículo. Pero a la vista de los datos de accidentalidad por franjas horarias, otro factor determinante es la luz del día. O, más bien, la falta de ella. El año pasado, 622 de los más de 2.200 con víctimas registrados en la red viaria gallega (el 28%) se produjeron en horario nocturno, que incluye el amanecer, el atardecer y la noche. Si bien no concentra el mayor número de siniestros con víctimas, esta franja horaria revela un mayor índice de letalidad que los accidentes ocurridos por el día: 1,13 frente a 1, lo que supone un plus de peligrosidad por la noche del 13%.

Cinturón de seguridad. Aunque parece un comportamiento más propio de hace décadas, en la actualidad todavía hay conductores y pasajeros que inician un viaje por carretera sin el dispositivo “salva vidas”. “Ir sin sistemas de retención es algo que, por desgracia, nos seguimos encontrando. Esa sensación de impunidad que provoca la oscuridad hace que más de uno se relaje en la utilización del cinturón de seguridad por la noche. Con demasiada frecuencia nos encontramos víctimas mortales evitables si hubieran hecho uso del cinturón de seguridad”, lamenta Héctor Teixeira, guardia civil del Sector de Tráfico en Galicia.

Velocidad y distracciones. La mayoría de los accidentes de tráfico nocturnos son salidas de vía provocadas por una velocidad excesiva o inadecuada o una distracción. “Con menos circulación se tiende a circular más rápido, la vía está despejada de otros vehículos, pero la falta de visibilidad en vías insuficientemente iluminadas hace que obstáculos, peatones o animales provoquen situaciones de mayor riesgo”, advierten desde el Sector de Tráfico.

Asistencia sanitaria. Asistencia sanitaria. Esa menor circulación, que “facilita” ir más rápido —apunta Teixeira—, hace que en caso de siniestro vial pase mucho tiempo hasta que alguien solicite la presencia de los servicios de emergencia y, por tanto, los tiempos de asistencia sanitaria, vitales en las primeras horas aumenten. “Pueden pasar horas hasta ser atendido. De ahí la importancia de nuestra presencia en carretera. Somos los únicos equipos de emergencia que están buscando el auxilio y no esperando a que nos llamen”, destaca.

Cansancio y somnolencia. Junto con las distracciones, el alcohol o el consumo de otras drogas y la velocidad son los factores concurrentes que están detrás en la mayoría de los siniestros, ya sea de día o de noche. Ahora bien, a los que ocurren en horas nocturnas se suman otros: cansancio, fatiga la somnolencia. “Muy importante si se tiene que viajar de noche hacerlo descansado, y al menor signo de fatiga parar y descansar”, aconsejan desde el Sector de Tráfico en Galicia.

Y es que un microsueño puede hacer que durante unos segundos el cerebro se desconecte, y en ese periodo tan corto de tiempo se pierda el control del vehículo. Las consecuencias de esa falta de concentración pueden ser letales.

Tiempo. Las condiciones meteorológicas también son determinantes ante las consecuencias que puede ocasionar un accidente. “Si a la falta de visibilidad propia de la ausencia de luz le añadimos lluvia o la niebla, el riesgo de sufrir un siniestro aumenta. En estas situaciones, moderar la velocidad y adecuarla a las circunstancias de la vía es clave para no sufrir un siniestro”, recomiendan desde el Sector de Tráfico en Galicia.

Control de luces y parabrisas, los elementos de señalización de riesgo y el uso del chaleco

Toda precaución al volante es poco, pero en horario nocturno la revisión del vehículo y el estado en que el conductor se pone al volante es fundamental. Desde el Sector de Tráfico llaman a comprobar que el alumbrado funciona correctamente. “Con frecuencia nos encontramos con vehículos con un solo proyector, sin luces traseras. Es muy importante que funcionen, pero también llevar las ópticas limpias para que la suciedad no disminuya su eficacia. Ver y ser vistos es clave”, apunta Teixeira. La limpieza de las lunas y el parabrisas, añade, es fundamental para evitar reflejos y mejorar la visibilidad. Además, se debe adaptar la velocidad a las condiciones de iluminación de la vía y aumentar la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede para tener mayor tiempo de reacción ante un imprevisto. Imprescindible, llevar los triángulos de preseñalización de peligro o la señal V-16 a mano y hacer uso del chaleco reflectante al bajar del vehículo. “No se deben llevar estos elementos en el fondo del maletero, es fundamental llevarlos a mano para hacer uso de ellos cuanto antes. Evitar transitar por la vía en caso de avería o siniestro con falta de luz. Lo mejor bajar del vehículo con seguridad si se puede y ponerse en lugar seguro para evitar ser arrollado”, destaca Teixeira. También es importante revisar la visión, ya que una vista cansada o cualquier otra deficiencia en la visión aumentan el riesgo ante la falta de iluminación.

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