Galicia lucha todavía contra el reguero de incendios que dejó la tormenta eléctrica del pasado jueves. Los servicios de extinción se afanaban ayer en apagar trece incendios que aún continuaban activos a última hora de la tarde —aunque dos de ellos ya controlados— y que habían arrasado más de 4.600 hectáreas. La situación más crítica se vive en O Courel, donde tres fuegos mantienen en alerta a la Xunta ante la cercanía de las llamas a núcleos poblados. Solo en Folgoso do Courel ya han ardido 1.900 hectáreas.

En este municipio se declararon tres incendios. El más grave fue el originado en la parroquia de Seceda. Según las estimaciones de la Consellería de Medio Rural, a última hora de ayer ya había quemado 1.100 hectáreas. Se mantiene decretado en este fuego la Situación 2 de alerta, debido al riesgo de que las llamas afecten a viviendas.

También está activado este nivel de alarma en uno de los dos incendios que hay en Vilamor, en el que hay más de 300 hectáreas de superficie calcinadas. El otro fuego que está activo en esta parroquia no entraña una amenaza para las casas pero su afectación es mayor, pues ya suman 500 las hectáreas calcinadas.

No muy lejos, en un concello limítrofe con Folgoso do Courel las llamas también mantienen en jaque a los servicios de extinción. En A Pobra do Brollón sigue activo el fuego que se originó el pasado jueves en Saa y que obligó a decretar el nivel 2 de alerta. Suman ya 550 las hectáreas afectadas. Y en la misma parroquia otro incendio ha calcinado 50 hectáreas más. En la misma zona, en el Concello de Quiroga, hay otros tres incendios: en las parroquias de Outeiro, Nocedo y Quiroga, que ya suman 520 hectáreas quemadas y seguían activos a última hora de ayer.

Fuera de Lugo hay otro gran incendio que ya lleva arrasadas 1.100 hectáreas. Se originó también en la noche del jueves en la parroquia de Riodolas, en Carballeda de Valdeorras, y ayer aún permanecía activo.

También en Ourense, la Consellería de Medio Rural informó de otro fuego en Vilariño de Conso, con 160 hectáreas afectadas y en Rodeiro (Pontevedra) las llamas han quemado unas 200 hectáreas en la parroquia de Guillar. La mayoría de estos incendios se desataron como consecuencia de los 6.000 rayos que cayeron en la noche del jueves. Pero hay otros dos fuegos que ya vienen de atrás y que están controlados: el de Ribadavia (con 65 hectáreas) y el de Melón (con 50 hectáreas). Además ayer se extinguió un fuego en Baiona, tras quemar otras 46 hectáreas. Los rayos que cayeron entre las 20.00 horas del jueves y las 8.00 horas del viernes provocaron un total de 52 incendios en Galicia. Uno de ellos, se produjo en una zona de monte de la parroquia de Figueiras, en Santiago. Este rayo cayó sobre un eucalipto situado encima de un gasoducto, lo que provocó una fisura y la posterior pérdida de gas.

La ola de calor ha desatado un infierno de llamas en toda España. Hay dos fuegos que revisten especial gravedad. El incendio de Casas de Miravete (Cáceres), que ha afectado al Parque Nacional de Monfragüe y que sigue sin ser controlado tras arrasar ya 3.000 hectáreas; y el de la sierra de Mijas (Málaga), en el que ya se han quemado 1.890 hectáreas de terreno y que obligado a desalojar a 3.065 personas, de las que unas 300 han sido autorizadas a volver a sus casas.

Los incendios forestales registrados en Las Hurdes y Casas de Miravete, que afectan al Parque de Monfragüe, se mantenían ayer por la tarde “estables con reproducciones”, por lo que se mantiene el nivel 2 de peligrosidad, con la posibilidad de tormentas secas en la zona.

No son los únicos fuegos. Las llamas castigan a varios puntos de Castilla y León y Valencia. En Portugal la situación todavía es crítica. Ayer falleció un piloto de avión que combatía el fuego cuando la aeronave se estrelló en la zona de Foz del Coa, en el centro del país.