Mientras Andalucía se ha sumado a Madrid, ambas comunidades gobernadas por el PP, en la decisión de suprimir el Impuesto de Patrimonio, la Xunta no se moja, al menos de momento. Su presidente, Alfonso Rueda, aseguró ayer que la comunidad gallega continuará con su “propia senda”, tanto a la hora de “tocar” ese tributo como otros, “independientemente” de lo que hagan otros territorios, aunque sean del mismo partido.

Rueda evitó aclarar si está dispuesto a eliminar este impuesto —que en Galicia está bonificado al 25%—, si bien puso en valor que el de Sucesiones está sin efecto para el 99% de los gallegos e insistió en que “en el ADN de los gobiernos del PP está bajar impuestos”, por lo que entiende que la medida avanzada por Juan Manuel Moreno (Andalucía) “va en esa línea” y es algo que él celebra. “Lo que hagamos en Galicia lo vamos a hacer con independencia de lo que hagan en otro sitio, sean del signo que sean, en cualquier medida presupuestaria”, indicó, para matizar acto seguido que la bajada de impuestos que se haga se llevará a cabo “sin desatender los servicios públicos básicos”.

Sobre la propuesta de eliminar el Impuesto de Patrimonio habló ayer el líder nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo, para precisar que él no influirá en las decisiones que puedan tomar los presidentes autonómicos de su partido. Pero recordó que como titular de la Xunta se comprometió a eliminarlo al final de la presente legislatura, y que mientras tanto se aplica un mínimo exento de 700.000 euros. La supresión de este tributo es una constante reivindicación de la patronal gallega, si bien la Xunta de Feijóo se negó a atenderla alegando que con su recaudación se atienden necesidades de gasto social.