El Gobierno de António Costa tiene clara su hoja de ruta en materia de movilidad. No solo determinó que la conexión de alta velocidad ferroviaria entre Galicia y Lisboa, y no la de Lisboa-Madrid, era la “prioritaria” para sus intereses, sino que acaba de plasmar sobre plano que esta es la opción que ejecutará a medio plazo. “Nosotros sabemos, en base a los estudios, que esta es la conexión entre Portugal y España con más demanda. Sabemos que aquí los pueblos que viven a ambos lados de la frontera tienen relaciones sociales, económicas y culturales más estrechas”, destacó esta semana el ministro de Infraestructuras, Nuno Santos, durante la presentación de una alta velocidad que actuará como columna vertebral del nuevo desarrollo de transportes del país.

Una macroinfraestructura que ha sido diseñada al detalle aunque desde Madrid no se hayan hecho los deberes: todavía se desconoce el trazado de la salida sur de Vigo hacia O Porriño, que continúa en fase de estudio. Con todo, fuentes del Ministerio de Transportes defendieron ayer en declaraciones a este periódico que hay una coordinación entre ambos gobiernos: “España mantiene una estrecha coordinación con Portugal para el desarrollo de las conexiones entre ambos países”, expusieron desde la cartera que preside Raquel Sánchez.

La salida sur es vital para la conexión de la alta velocidad. El Eje Atlántico llega a la estación terminal de Urzáiz y, con el trazado actual, los trenes que siguen camino hacia Portugal deben retroceder hasta Redondela. La alternativa es construir un túnel en dirección a O Porriño desde Urzáiz para que el Eje Atlántico tenga continuidad hacia la frontera, si bien se trata de un proyecto con un coste que podría rondar los 600 millones euros y que todavía no está decidido en su trazado. De hecho, en su planificación presentada esta semana, en el Ejecutivo de Costa se evita ser contundente en conclusión del programa ferroviario en la parte que corresponde a la conexión internacional, indicando que está “pendiente de la articulación con España”.

Para el tramo Oporto-Vigo, la previsión es actuar en dos fases. En la primera, las obras se licitarían en 2025 y su ejecución —doble vía en ancho ibérico— comenzaría en 2026 en los tramos Oporto-Sá Carneiro y Braga-Valença con el objeto de terminarlas en 2030, aunque pendiente de la coordinación con el Gobierno español para que el proyecto no se detenga en la frontera con Galicia.