Una cuarta parte del alumnado gallego que inicia un ciclo de FP tiene 30 o más años

Es la segunda comunidad con más peso de estudiantes que comienzan un grado medio desde esa edad y la tercera en grado superior

Alumnado de FP durante una visita institucional. |   // VÍCTOR ECHAVE

Alumnado de FP durante una visita institucional. | // VÍCTOR ECHAVE / C. Villar

C. Villar

Una cuarta parte de los graduados de los campus gallegos es reincidente: no hizo solo una carrera, sino dos. Sin embargo, también los hay que optan por colgar al lado del título obtenido en la universidad uno de técnico, o técnico superior, y tras finalizar sus estudios en la facultad se lanzan a hacer una FP. En los últimos seis años lo han hecho así casi 11.500 titulados en una tendencia que va a más persiguiendo una incorporación más rápida al mercado laboral, una especialización concreta o una oportunidad para reciclar su formación. También los hay que cursan otro ciclo tras finalizar el primero y quienes retoman estudios que abandonaron después de años de tira y afloja. Este alumnado con formación previa no llega a la FP en la adolescencia o en el entorno de la mayoría de edad, sino más tarde, y los datos muestran que uno de cada cuatro alumnos que empieza un ciclo en Galicia ha soplado ya al menos 30 velas.

Según los datos recopilados por el Ministerio de Educación, casi uno de cada cuatro estudiantes (el 23 por ciento) de nuevo ingreso en algún ciclo de grado medio en el curso 2021-22, el último para el que desglosa esos datos, tiene 30 años o más (incluso por encima de los 40 en buena parte de los casos) mientras que la media estatal de quien se matricula en este tipo de formación es más de ocho puntos inferior (14,7%). Lo propio sucede en los ciclos superiores, cuyos requisitos de acceso retrasan la edad de incorporación con respecto a los que aspiran a un título de técnicos: en Galicia el alumnado de nuevo ingreso a partir de 30 años roza el 26 por ciento, de nuevo a unos ocho puntos de diferencia por arriba en relación al conjunto autonómico (17,7 por ciento, un dato que el Gobierno considera “significativo”).

De hecho, ambos porcentajes sitúan a Galicia en el podio del indicador. Solo Asturias registra un dato más elevado en el caso de grado medio (26 por ciento) y Canarias y La Rioja (donde llegan al 31,8 por ciento), en el de FP de grado superior. Reciclarse, ponerse al día con técnicas nuevas, recuperar los estudios que se plantaron en algún momento del pasado por necesidad u otras circunstancias, darle una vuelta a la especialización o probar con una formación que, según destacaron desde la Consellería de Educación al presentar la oferta de FP a partir de septiembre, se caracterizar por una “alta inserción” del “85% en régimen común y de casi el 100% en la FP Dual”, pueden explicar la demanda.

La estadística que analiza la edad tiene en cuenta a todo el alumnado que dio el paso de inscribirse en un ciclo en el primer curso posCOVID, y eso incluye a los matriculados en régimen ordinario y también a quienes escogieron intentarlo en la modalidad de adultos o a distancia. Es esta la que concentra el mayor número de estudiantes que sobrepasó ya la frontera de los treinta. Así, si en general en Galicia una cuarta parte de los que están inscritos en una FP de grado medio supera esa edad, suponen casi diez puntos menos entre los que eligieron clases presenciales y llegan al 82 por ciento en las modalidades online. De forma similar, en los grados superiores, los más mayores son un 16% de los matriculados en enseñanzas presenciales frente a tres de cada cuatro de los que optan por el régimen a distancia.

Al margen de la modalidad, la población que cuenta con una formación profesional ha ido ganando peso. Según el Observatorio de la Formación Profesional de Caixabank Dualiza, uno de cada cuatro gallegos de 25 a 64 años tiene estudios de FP, más de 368.000 en cifras absolutas y casi la mitad son mujeres.

La formación a distancia: una alternativa por la que optan sobre todo las mujeres

Son sobre todo mujeres las que se animan a iniciar un grado de FP con 30 o más años cumplidos. En la comunidad gallega, ellas suponen el 56 por ciento del total de estudiantes de nuevo ingreso en esas franjas de edad en los ciclos superiores (curso 2021-22) y casi dos tercios en los medios, una decisión que puede venir motivada por recuperar oportunidades formativas pasadas o de actualización del currículum para integrar el mercado laboral o para reconectarse a él tras hacer una pausa para hacerse cargo de hijos o de familiares dependientes. Porque los cuidados siguen recayendo en gran parte sobre sus hombros. Las estadísticas de cuidadores no profesionales muestran que son las que atienden a familiares en el 88 por ciento de los casos y son igualmente las mujeres las que asumen el grueso de reducciones de jornada por cuidado de hijos. Asimismo, y a pesar de que la pretensión de la Xunta de obligar a finalizar ciclos presenciales en la modalidad a distancia suscitó protestas y el Gobierno gallego garantizó que quienes empezaron en una modalidad terminarían sus estudios en ella, la FP a distancia va ganando peso. Esta alternativa, que Xunta y Ministerio de Educación caracterizan por su “flexibilidad”, permite conciliar trabajo y estudios o formación y familia y las mujeres son “clara mayoría”, como indica el Gobierno, en el alumnado. En Galicia ellas son dos de cada tres estudiantes de grado medio y el 55% en superior.

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