El PP refuerza su poder local

Los partidos encararon el superdomingo electoral del 28-M como una primera vuelta para las generales adelantadas a plenas vacaciones de verano, al 23 de julio. En las municipales de 2023, en las que Alfonso Rueda se estrenaba en una cita con las urnas como líder del PP gallego y presidente de la Xunta tras la marcha de Alberto Núñez Feijóo a Génova, el PPdeG logró reforzar su poder local agrandando su distancia con la segunda fuerza más votada, el PSdeG. Con casi 133.000 papeletas más que los socialistas y cinco puntos más que los votos cosechados hace cuatro años, los populares arrebataron a los socialistas la Alcaldía de Ferrol y la Diputación de Pontevedra, igualando así el reparto de poder provincial con PSdeG y BNG.

Con estos resultados —en 2019 la ventaja sobre los socialistas fue de solo 9.000 papeletas— Rueda vio reforzada su autoridad a nivel interno y abrió el camino al PP a afrontar las elecciones autonómicas —que este mes de diciembre se anunció el adelanto al 18 de febrero— con la tranquilidad de haber mejorado posiciones respecto a las municipales de hace cuatro años. Fue la lista más votada en 191 de los 313 concellos y se garantizó 135 bastones de mando con mayorías absolutas. Ganaron apoyo en todas las ciudades, salvo en Ourense, donde se impuso Democracia Ourensana pese al escándalo de los audios. Aunque fueron la lista más votada en A Coruña, Pontevedra, Lugo, Santiago y Ferrol, solo en esta última se hicieron con la Alcaldía al lograr mayoría absoluta. En las otras urbes se mantuvo la izquierda, con un cambio de siglas en Compostela, donde por primera vez llegó a Raxoi el BNG.

En la cita del 28-M, todavía con la incógnita del candidato socialista a la Xunta, el PSdeG se llevó un gran varapalo al dejarse 76.000 votos respecto a 2019, aunque se mantuvo como segunda fuerza. El partido liderado por Valentín González Formoso, alcalde de As Pontes, y con la operación Besteiro planeando de cara a las autonómicas de 2024 pasó de gobernar cinco ciudades a solo tres (A Coruña, Vigo y Lugo), lo que supone un fuerte fiasco municipal. Esta pérdida de fuelle se tradujo en que las 66 mayorías absolutas que tenían los socialistas hace cuatro años cayeron a 25, aunque se incrementaron las relativas, de 25 a 55.

Pese a ser la tercera fuerza de Galicia, el BNG fue el otro gran ganador del 28-M. El derrumbe socialista y la práctica desaparición de las mareas —solo quedan en Santiago y Ferrol— permitieron sumar a los nacionalistas gallegos 55.000 votos más que hace cuatro años. Estos resultados, con los que revalidó el bastón de mando en Pontevedra y se estrenaron en Santiago, colocan a Ana Pontón en buena posición para los comicios autonómicos del próximo 18-F, aunque con la bofetada de realidad que no solo se trata de ser la alternativa al PPdeG, sino de hacerse con la victoria frustrando entre la izquierda una mayoría absoluta de Rueda.