El rural se fragmenta: 190.000 fincas menos pero 21.000 propietarios más en cuatro años

Las herencias elevan los titulares de parcelas a 1,7 millones

Los procesos de agrupación de tierras y el mayor grado de urbanización reducen, sin embargo, la superficie rústica

Un tractor en un campo de maíz a las afueras de Santiago. |   // XOÁN ÁLVAREZ

Un tractor en un campo de maíz a las afueras de Santiago. | // XOÁN ÁLVAREZ / Daniel Domínguez / paula pérez

Paula Pérez

Pese a que el rural pierde población, cada vez tiene más propietarios. Solo en cuatro años los dueños de parcelas se han incrementado en 20.700. De esta manera en Galicia suman ya un total de 1.742.303 los titulares de terrenos rústicos. Es decir, el 74% de la población gallega mayor de edad posee tierras en el campo, que, a pesar de ello, está cada vez más abandonado. Y mientras aumentan los títulos de propiedad, el número de fincas se reduce: desde 2019 hay casi 190.000 menos, según los datos del Catastro.

El minifundismo siempre ha caracterizado al rural gallego. Galicia tiene ahora 10,9 millones de fincas. Sin embargo, en los últimos años algo se han movido los marcos. Aunque no ha supuesto un cambio radical de paisaje, sí se constata una ligera reducción tanto de la superficie rústica (17.000 hectáreas menos en cuatro años) como del número de parcelas.

Esto se explica por dos razones. Por un lado, el creciente proceso de urbanización del territorio. “Con la construcción de infraestructuras y edificaciones hay terrenos rústicos que se han transformado en urbanos”, explica el profesor de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago (USC), Edelmiro López Iglesias.

Pero además, las políticas impulsadas por la Xunta para aumentar la base territorial de las explotaciones y hacerlas más rentables también han tenido cierto impacto. “Además de los efectos de la concentración parcelaria es plausible que se haya producido una agrupación de fincas por permutas, que se hayan comprado fincas colindantes porque además esto tiene exenciones fiscales y eso haya influido en una reducción del número de parcelas”, apunta este experto.

Así, si hace una década había 11,2 millones de fincas rústicas en Galicia, ahora se contabilizan 325.000 menos, un proceso de reducción de parcelas que se ha acelerado además en los últimos años: solo desde 2019 se perdieron 188.273.

En cuanto a la superficie rústica que ocupan estas fincas asciende a 2.820.845 hectáreas, ligeramente por debajo de las 2.838.120 hectáreas del año 2019. Aún así, a pesar de los esfuerzos por agrupar parcelas para que ganen tamaño y sean más fáciles de trabajar y más rentables, la superficie media de cada finca en Galicia sigue siendo muy pequeña: 0,25 hectáreas de media, es decir, una cuarta parte de lo que ocupa un campo de fútbol.

Pero no es el único problema que afronta el rural. La fragmentación de la propiedad es cada vez mayor. Hace una década había 1.631.870 propietarios de fincas rústicas, hoy hay 110.000 titulares más. Solo desde 2019 se han sumado 20.700 dueños.

Y aquí la explicación está en las herencias. “Antes había cinco o diez fincas que eran de un solo propietario, pero con las herencias se dividen entre los hijos y ahora hay dos fincas de un hijo, otras dos para otro... Es decir, tierras que antes eran de un solo propietario ahora pasan a varios”, explica Edelmiro López Iglesias. Pero a esto se suma otro fenómeno: cada vez existen más multipropietarios. Los gallegos que son dueños de una finca bajaron en los últimos cuatro años pasando de 659.888 en 2019 a 655.687.

Sin embargo, los titulares de dos o más parcelas van en aumento. En cuatro años hay casi 25.000 más, de manera que ahora suman 1.086.616. Es decir, seis de cada diez propietarios de tierras rústicas son poseedores de más de una finca.

Y hay 324.000 personas que tienen en su haber más de una decena de propiedades en el campo, una cifra que ha crecido en más de 2.100 titulares en cuatro años.

Esta división de la propiedad crece año tras año, pese a la paradoja de que cada vez menos gente vive en el rural. Y el principal problema de esta fragmentación es la dificultad que supone para la movilización de tierras productivas y para evitar el abandono.

“De los 1,7 millones de propietarios la inmensa mayoría están desvinculados del rural. Algunos pueden sacar provecho de tierras forestales, pero son pocos”, advierte López Iglesias.

Pero además esta estructura de la propiedad hace más complicado movilizar tierras, pues se necesita contactar con muchos titulares que, en ocasiones, no están localizables o son desconocidos. Y cuando se consigue dar con ellos, es más difícil ponerlos de acuerdo cuando son varios.

“Cuando se baja al terreno nos encontramos incluso con que hay algunas divisiones hereditarias que aún no están oficializadas en el Catastro y hay cada vez más fincas de dueño desconocido. Esto va a ir a más”, advierte el profesor de Economía Aplicada de la USC.

La comunidad con más titulares de terrenos rústicos

En ninguna otra autonomía hay tantos propietarios de fincas rústicas como en Galicia. Con 1,7 millones de titulares de parcelas en el rural, la comunidad gallega se sitúa a la cabeza, por encima de Castilla y León, con 1,5 millones de dueños y de Andalucía, con 1,2 millones. De hecho, dos de cada diez propietarios en España tienen fincas en Galicia, según los datos del Catastro. Pero la comunidad gallega no solo sobresale en el conjunto estatal por el elevado número de titulares de terrenos en el rural. Galicia es también la autonomía con mayor número de parcelas. Casi una de cada cuatro fincas en España está situada en esta comunidad, lo que da idea del profundo minifundismo que hay en el rural pues no es, sin embargo, la que tiene más superficie rústica: ocupa el séptimo puesto en el ranking estatal. Sin embargo, con sus 10,9 millones de parcelas supera al resto de comunidades y solo se le acerca Castilla y León, con 8,7 millones.

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