La legislatura arranca con una cesión del BNG al PSOE para prolongar su cordialidad

Santalices anuncia, tras ser elegido presidente de la Cámara, que es su último mandato | Rueda asume las competencias de Infraestruturas por el cese de Ethel Vázquez

Mateo G. Trinañes/X. A. T.

La primera legislatura post Feijóo y duodécima de la historia autonómica arrancó ayer formalmente con la constitución del Parlamento. Fue una jornada marcada, poco antes de iniciarse la sesión plenaria, por la cesión de un puesto en la Mesa de la Cámara al PSdeG por parte del BNG y la ya anunciada entrada de Ethel Vázquez como secretaria primera del órgano de gobierno en O Hórreo. El cese de la conselleira, que será publicado hoy en el Diario Oficial de Galicia con efectos desde el día de ayer, marca el preludio de las modificaciones que Alfonso Rueda aplicará en su Ejecutivo para terminar de imprimirle un sello propio que, desde que accedió al cargo tras la marcha de Feijóo a Madrid, únicamente ha podido hacer de forma parcial. Hasta la designación de un nuevo titular de la cartera que deja Vázquez tras una década en el Gobierno gallego, será Presidencia quien asuma las competencias de Infraestruturas con el apoyo y la asistencia técnica de la Secretaría Xeral de Presidencia.

Ante la posibilidad de que los nacionalistas concediesen a los socialistas un lugar en la Mesa, Ana Pontón apuntaba la pasada semana que la correlación de fuerzas que habían dejado los resultados electorales del pasado 18-F reflejaban el inicio de “una legislatura diferenciada” dada la “gran distancia” existente a nivel aritmético entre ambos partidos. La respuesta de la líder de la oposición generó dudas acerca de si los nacionalistas pactarían la entrada del PSdeG en la Mesa, al igual que habían hecho en el inicio de la última legislatura. Un pacto que otrora, como en 2009, permitió también a los frentistas sentarse en el ente que dirige los plenos cuando la posición partidaria era la inversa.

Sin embargo, esta incógnita se resolvió a primera hora de la mañana, cuando los nacionalistas distribuyeron a los medios una nota en la que señalaban que el BNG “cedía al PSOE el puesto de la secretaría segunda en aras de visibilizar la pluralidad de la Cámara también en sus órganos de dirección”.

La sintonía que la propia Pontón y el candidato del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, habían mostrado a lo largo de la campaña, así como el entendimiento entre ambas formaciones que permite la existencia gobiernos en coalición en diputaciones como las de A Coruña y Lugo, además de en numerosos concellos, hubiera hecho difícil de explicar que esa imperante armonía no se tradujese en un acuerdo en esta ocasión. Más si cabe cuando el objetivo tanto de nacionalistas como de socialistas es en este momento el mismo: generar un espacio de oportunidad que permita arrebatarle la Xunta a los populares en las próximas elecciones.

No hubo por lo tanto sorpresas y, tras la constitución de la mesa de edad, Miguel Santalices resultó elegido como presidente del pleno autonómico por tercera legislatura consecutiva con cuarenta votos a favor y tan solo uno en contra, el de Armando Ojea, que se votó a sí mismo, saltándose la tradicional cortesía en esta votación que sí mostraron BNG y PSdeG al abstenerse.

El popular, que tomó la palabra una vez los diputados ya habían jurado o prometido su cargo, anunció que esta será la última legislatura en la que tome posesión del acta de diputado en el Parlamento de Galicia, un lugar que es ya su “segunda casa” y que presumiblemente dejará en 2028 habiendo superado las tres décadas como parlamentario autonómico.

A su lado, también repiten en la vicepresidencia primera la popular Elena Candia y en la segunda, la nacionalista Montse Prado. Es en las secretarías en donde llegan las novedades, pues a la ya mencionada entrada de Ethel Vázquez como secretaria primera, se suma la socialista Patricia Iglesias, que dio el salto a la política autonómica en los pasados comicios desde el cargo de letrada maior del Consello de Contas, como secretaria segunda.

Como es habitual en todas las sesiones constitutivas, el pleno de ayer en O Hórreo tuvo un amplio seguimiento desde las tribunas con la presencia, además de las familias de los diputados electos, de diferentes cargos públicos.

Así, siguieron la sesión todos los presidentes provinciales (Luis López, José Tomé y Luís Menor), a excepción de Valentín González Formoso, presidente de la Diputación de A Coruña y todavía secretario general de los socialistas gallegos que a la misma hora se encontraba en la ciudad herculina en la inauguración de las XV Jornadas de Derecho Administrativo Iberoamericano.

Desde el ámbito municipal, Goretti Sanmartín, alcaldesa de Santiago, y su homólogo en Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, fueron los únicos regidores de las siete ciudades gallegas presentes en el hemiciclo. Mientras que alcaldes de villas medianas, como José Crespo (Lalín), Luís Pérez (Ribeira) o María Lago (Muros) sí que acudieron a representar a sus municipios. Otras caras conocidas como el senador José Manuel Baltar, el diputado Néstor Rego o la Valedora do Pobo, María Dolores Fernández, estuvieron también presentes en O Hórreo siguiendo la sesión.

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