Sitio para un par de sillones azules

La Xunta podría ampliarse con dos nuevas consellerías y más retoques en competencias | En el PP se asume la “era Rueda” tras su primera mayoría: “Nadie le discutirá nada”

Daniel Domínguez

“Tras las elecciones se vivió un momento de alivio y tranquilidad, pero en las dos últimas semanas ya se perciben los nervios”. Conselleiros, altos cargos de la Xunta y miembros del PP reconocen la expectación generada por la elección de Rueda para formar parte del primer capítulo de su era política, diferenciando los dos últimos años en los que ejerció como heredero de Feijóo a una fase en la que cuenta con el aval de 40 de 75 diputados y casi el 48% de votos cosechado el pasado 18 de febrero. “Puede hacer lo que quiere y nadie le va a discutir nada”, asumía ayer un dirigente del PP. El mismo Rueda llegó a pedir a los suyos esfuerzo para la “primera” mayoría absoluta y no la “quinta” consecutiva, marcando una brecha entre la etapa Feijóo y la suya.

El discurso de quien mañana será investido presidente dejó pistas sobre la futura estructura de la Xunta, si bien se esperan más pinceladas para ir trazando qué departamentos elegirá en el nuevo rumbo de Galicia, no solo esta legislatura, sino con la mirada puesta en cimentar las bases “de la próxima década”. “Ahora mismo, el foco está puesto en España, especialmente en las catalanas, pero él tiene que pensar como mínimo en 2028, en el largo plazo”, apuntaba un exalto cargo del Ejecutivo gallego presente ayer en el Parlamento para escuchar a quien ya es un barón con mayúsculas y que ya se ha desprendido del prejuicio de heraldo de Feijóo. El de Os Peares ya forma parte del pasado. El presente y el futuro son de Rueda. Quienes dudaron de su elección se esconden ya tras los aplausos.

Dirigentes del PP y de la Xunta coinciden en esperar una pequeña ampliación en el número de consellerías, actualmente de 10, pudiendo elevarse a 11 o 12 como mucho, pues carecería de sentido criticar los 22 ministerios del Gobierno central y lanzarse a crear nuevos departamentos, al tiempo que enterraría el discurso de la austeridad con el que Feijóo hizo fortuna contra el bipartito. En los pasillos del Parlamento incluso se bromeaba con la primera fila reservada para los conselleiros. “¿Encargaron más sillones azules?”, preguntaba una persona.

Sí mantiene Rueda el hermetismo de su predecesor, superándolo incluso en lo relativo a los nombramientos, según coinciden varias fuentes del PP. El domingo revelará la configuración de su Gobierno, pero de momento, las pistas apuntan a la potenciación de dos departamentos, como son Educación y Vivienda.

Aportará mayor peso a la Política Lingüística e incluirá competencias en innovación en Educación, lo que apuntala el desgajar esta consellería de Cultura. Mantendría a Román Rodríguez, al que Rueda agradece la pax con la comunidad educativa, y cualquier otro nombramiento que no fuese promocionar a Valentín García causaría sorpresa, pues el secretario de Política Lingüística fue designado como coordinador del primer programa electoral de la etapa Rueda, como desveló LA OPINIÓN.

Además, se producirán cambios apuntados también por este diario, como la rebaja de competencias de la Consellería de Economía, Industria e Innovación. Asume la gestión del suelo industrial, pero perderá innovación y la tramitación de parques eólicos, que pasan a Medio Ambiente, en manos de la vicepresidenta segunda, Ángeles Vázquez.

Aunque el sentido interno en el PP pasa por la expectación ante el inicio de la “era Rueda”, lo cierto es que esta ya comenzó el verano pasado, por lo que se espera más una evolución que una revolución.

El pasado verano la emigración de pesos pesados a Madrid de la mano de un Feijóo que ya se veía en Moncloa —Francisco Conde, Rosa Quintana, Pedro Puy, Miguel Tellado...— ya obligó a remodelar la Xunta a Rueda, que elevó a Vázquez al rango de vicepresidenta y entregó la superconsellería económica a María Jesús Lorenzana y fichó a Alfonso Villares (Mar) y Elena Rivo (Emprego).

“No tendrían sentido grandes cambios porque este gobierno acaba de recibir una mayoría absoluta”, expone un dirigente de confianza del presidente de la Xunta en funciones.

En el partido se da por segura la continuidad de los recién llegados —sería una autoenmienda cambiarlos— y de pesos pesados como Diego Calvo o Ángeles Vázquez. También se considera que el discurso de Rueda insinúa que tampoco habrá relevos ni en Educación ni en Sanidade, departamentos cuya gestión aplaudió, si bien este último es el que más erosiona de toda la administración. El presidente de facto ya adelantó, además, que no se trata de cambiar por cambiar, sino de mejorar.

Las quinielas internas apuntan como posibles incorporaciones a Valentín García y a clásicos de la rumorología, como el alcalde de A Estrada, José López, que avivó los rumores al presentarse ayer en el Parlamento.

Sin embargo, la ley de paridad que obliga a que el Consello cuente con al menos un 40% de mujeres condiciona los nombramientos, pues de entrar esas dos personas, obligaría a acometer más cambios. De momento, solo uno es seguro: la sustitución de Ethel Vázquez, que dejó Infraestruturas para asumir un puesto en la Mesa del Parlamento.

Tal es la expectación, que el exvicepresidente de la Xunta Francisco Conde tuvo que ir sorteando la misma pregunta al acceder a la cafetería de la Cámara. “¿Vuelves?”, lo asediaron periodistas y diputados de la oposición. “No”, insistió él.

Y es que la etapa Feijóo ya forma parte de al historia, como Rueda dejó claro al recordar a sus antecesores. Ahora es su momento.