La Policía activa ya el operativo de vigilancia a una docena de incendiarios de alto riesgo

El plan de la UPA, a poco más de un mes del inicio de la época de más peligro, incluye a 30 sospechosos | Los siguen con patrullas, agentes de paisano, cámaras en el monte y drones

Un helicóptero en el incendio declarado ayer en As Fragas do Eume. |   // K. DELGADO / EFE

Un helicóptero en el incendio declarado ayer en As Fragas do Eume. | // K. DELGADO / EFE / R. Prieto

Todavía no ha comenzado la temporada de alto riesgo de incendios, pero los operativos de prevención ya están activados en Galicia. Ante un escenario que resulta imposible tener bajo la lupa por su extensión de miles de hectáreas, cada año se diseñan planes de control y vigilancia para disuadir a los incendiarios. No solo desde tierra, con patrullas y agentes de paisano que siguen de cerca los pasos de los sospechosos y las 140 cámaras instaladas en el monte, sino también desde el aire con una docena de drones con los que la Xunta pretende reforzar las “tareas de vigilancia, investigación y apoyo a la extinción”. A poco más de un mes del inicio de la época de mayor peligro en los montes gallegos, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en Galicia ya peinan los caminos y pistas en busca de vehículos sospechosos y recorren las parroquias de alta actividad incendiaria como medida de prevención. La Policía Autonómica ya ha puesto en marcha su plan de seguimiento especial de detenidos otros años por incendios forestales o sospechosos de haber prendido fuego al monte. Bajo este dispositivo de vigilancia, la unidad policial tiene a casi treinta personas en la comunidad, aunque de forma “específica” —es decir de manera más exhaustiva— se fijan en los movimientos de una docena, según detallan desde la Unidad de la Policía Nacional Adscrita de Galicia (UPA).

¿Quiénes figuran en esta lista? Desde incendiarios que salen de prisión o del psiquiátrico tras cumplir condena, hasta sospechosos de haber provocado las llamas de manera intencionada o quienes han sido vistos en varios concellos afectados por incendios forestales. Se trata, explican desde la UPA, de un seguimiento sobre reincidentes “como labor de investigación”, pero “ante todo, de forma preventiva” con el objetivo de “evitar los propios incendios”.

Los seguimientos más exhaustivos se realizan en las parroquias de alta actividad incendiaria, aquellas que tuvieron más de siete fuegos en los últimos cinco años.

¿Cuál es el perfil del incendiario en el que se centran? Varón, mayor de 35 años, que en muchas ocasiones supera los 60, y que tiene relación con el medio rural. En la mayoría de los casos, detalla la Policía Autonómica, son problemáticos en su entorno, con sus vecinos, y en ocasiones presentan adicciones con el consumo de alcohol y drogas.

¿Las motivaciones que los llevan a prender fuego al monte? Las principales, añaden desde la UPA, están relacionadas con piromanías, cambios de uso del suelo, cambios de actividad, limpieza del monte para la caza, ahuyentar animales que causan daños en los cultivos, delimitación de fincas, procesos de concentración parcelaria, expropiaciones para vías de comunicación, beneficios con subvenciones posteriores, repartición de herencias, disputas entre vecinos y familiares, venganzas, protestas o restricciones de espacios naturales, entre otros.

Cuando una zona se ve afectada de una manera reiterada por el fuego y no se ha dado con el responsable de esos focos, ni se consigue establecer una motivación, la Policía Autonómica realiza controles con la finalidad de comprobar actividades no permitidas y que puedan hacer que se beneficie del monte quemado el autor. Estas actividades pueden ser pastoreo en zona quemada, el ejercicio y las repoblaciones de la caza, las talas o el cambio de uso del suelo. Esta información es muy valiosa ya que permite a las unidades de investigación de la UPA focalizar la prevención de futuros incendios.

¿En qué consiste la vigilancia que realizan desde la Policía Autonómica? Son tres las técnicas que emplean: preventivas, inmediatas y de investigación. Las preventivas se realizan antes de que se produzca el incendio, con vigilancia de las zonas de especial incidencia, control de esas personas susceptibles de provocar un fuego, incluso con entrevistas con los vecinos y colaboraciones con agentes forestales, Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía. Las inmediatas se establecen en el momento de activarse un incendio y consisten en colaborar con el director de extinción para el desalojo de viviendas o cortes de tráfico. En esta fase se intenta obtener la mayor información en caliente, bien de vecinos, bien de posibles testigos.

Y, finalmente, la investigación, en la que se trata de averiguar el origen y las causas del incendio, identificar a posibles sospechosos y determinar el modus operandi del autor. En esta última fase se logra información más elaborada a través del análisis de las bases de datos, testigos, vecinos y la colaboración de los agentes forestales. También se recurre a otros instrumentos apoyadas con medios técnicos (seguimientos, cámaras de vigilancia, drones y programas informáticos, entre otros).

Las llamas calcinan 2,4 hectáreas en As Fragas do Eume, diez años después del gran incendio

Diez años después del gran incendio forestal que devoró más de 750 hectáreas del corazón de As Fragas do Eume, el paraíso natural de 9.000 hectáreas que esconde uno de los mejores ejemplos de bosque atlántico europeo fue de nuevo pasto de las llamas. El fuego comenzó minutos después de la una de la tarde en la parroquia de Soaserra, en el municipio de Cabanas, y afectó a 2,4 hectáreas del enclave natural, según el balance provisional de la Consellería do Medio Rural. Cinco horas después de iniciarse el fuego, la Xunta daba por controladas las llamas. Nada más dio aviso del incendio fueron movilizados un técnico, tres agentes, once brigadas, cinco motobombas, dos aviones y cuatro helicópteros. Desde Medio Rural reiteran que está a disposición de la ciudadanía el número de teléfono gratuito 085, al que deben llamar en caso de detectar algún incendio forestal. Además, existe un teléfono anónimo y gratuito para denunciar cualquier actividad delictuosa incendiaria de la que se tenga sospecha o conocimiento: 900 815 085. En Ourense, agentes ambientales de la Unidad de Investigación de Incendios Forestales de la Dirección Xeral de Defensa do Monte identificaron al presunto autor de varios incendios en la parroquia de Lobás, en Calvos de Randín, a lo largo de este mes de abril.

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