La Opinión de A Coruña

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Formación, prevención y coordinación, las armas de Cambre para combatir las invasoras

El plan de actuación sobre especies exóticas apuesta por la vigilancia, el control y sistemas de alerta rápida para la pronta erradicación y por la colaboración con concellos y entidades

Invasoras junto a la carretera Nacional-VI, en O Seixal, en Cambre, en 2020.

La formación y capacitación del personal vinculado al Concello, la prevención y la coordinación con ayuntamientos limítrofes y entidades que trabajan en el ámbito de cuidado de la naturaleza son las principales armas que propone el Plan de actuación sobre especies exóticas invasoras en el Concello de Cambre. El documento aboga por la vigilancia, el control y los sistemas de alerta rápida para erradicar con agilidad las especies invasoras, en un “enfoque jerárquico en tres etapas”.

El plan incluye entre las “actuaciones importantes” la “capacitación del personal municipal que trabaja en diferentes ámbitos con incidencia en el territorio”; el “establecimiento de protocolos de actuación y planes de contingencia para hacer frente a la invasión de las diferentes especies exóticas invasoras durante sus primeros estadios, que además será de gran ayuda a la hora de disminuir los tiempos de reacción de las autoridades o instituciones pertinentes, favoreciendo el éxito en la erradicación de la nueva especie invasora”; y una selección de los métodos a emplear “asesorada y contrastada adecuadamente, ajustándose a los protocolos y objetivos de conservación de la biota nativa y de los ecosistemas, que minimice la posibilidad de daños colaterales y secundarios”. Además, detalla el documento, “todo el programa de control debe llevar aparejadas una serie de medidas de información y educación, siempre acordes con las condiciones particulares de cada situación, mejorando la percepción de las medidas adoptadas por parte de la sociedad”.

La propuesta incide en la importancia de actuar en “etapas iniciales de la invasión” o “invasiones incipientes”, en especial, en el caso de las especies acuáticas. Determina que en todas las intervenciones deberá primar el respeto a los ecosistemas, la flora y la fauna, la salud humana y la agricultura.

“Cuando sea posible, la mejor alternativa de acción es la erradicación, y la mejor oportunidad de ponerla en práctica es durante las etapas iniciales de la invasión, cuando las poblaciones son pequeñas y localizadas”, sostiene el plan, aunque advierte de que deberá evaluarse la viabilidad técnica y científica de la erradicación antes de ejecutarla, para evitar el riesgo de “malgastar dinero y esfuerzo”. “Los sistemas de detección temprana enfocados en puntos de entrada de alto riesgo pueden ser de utilidad crítica cuando se requiera un seguimiento posterior a la erradicación”, apunta.

Defiende que “el elemento clave de las políticas y estrategias de gestión en materia de invasoras más reconocidas internacionalmente se encuentra en la aplicación del denominado enfoque de precaución”, que “pone el acento sobre la prevención” y dirige las acciones de manejo en los primeros estadios de la secuencia de invasión “con la finalidad de interrumpir los procesos de invasión en el momento en que resulta más viable y menos costoso”. “La prevención resulta más eficiente y económica en comparación con otras opciones”, asegura.

En cuanto a la coordinación, el plan proyecta la “implantación de sistemas efectivos de intercambio de información con los concellos colindantes para eliminar el riesgo de nuevas introducciones no intencionales”. Además, apuesta por “cooperar y construir alianzas, tanto con organizaciones que puedan estar contribuyendo a la introducción de especies invasoras, como con aquellas que sufran los efectos negativos de las mismas, como por ejemplo en los ámbitos del comercio o de la industria”.

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