Francisco Gil y Sonia Rodríguez, que justo antes de la pandemia cambiaron radicalmente su vida laboral para dedicarse al cultivo ecológico del tomate en Oleiros, están comprobando que su sueño va por buen camino: su huerta, Lúa de Dexo, fue la única gallega invitada al Festival del Tomate de Cantabria que reunió este pasado fin de semana a productores de distintos países y aunque no ganaron los premios al mejor tomate nacional e internacional (ambos reconocimientos se los llevó un productor de Burgos), obtuvieron el diploma como Tomate Más Bonito de España.
Este galardón se lo llevó una de las primeras variedades que plantaron un tomate tan pequeño que parecen granos de grosella. “Le llamamos tomate gominola porque un día vino una niña a visitar nuestros invernaderos y dijo que parecían gominolas y le pusimos ese nombre. La verdad, estamos encantados, no esperábamos tener ningún reconocimiento en la primera vez que vamos a un certamen. Ha sido una maravilla de organización, nos han tratado mejor que mi madre, y el buen ambiente ha sido increíble, el compañerismo, lo aprendido”, subrayó ayer Francisco Gil.
Los dos productores se traen para casa el título de tomate más bonito pero también otras dos cosas igual de valiosas: cuarenta semillas de los mejores tomates del mundo, los que más premios han llevado (en el festival se realiza este tipo de intercambios para crear un futuro banco se semillas autóctonas); y la invitación a otro importante certamen del tomate, la Feria de Piñel en Valladolid, a finales de este mes.
“Llevamos 27 variedades que cultivamos a la exposición y cuatro al concurso. El productor que ganó el premio al mejor tomate nacional e internacional presentó una variedad como la nuestra que llamamos Cherry A Marola, pero la nuestra obtuvo nueve grados Brix, que es como se mide, y la de él doce. Era como el nuestro pero mejor, la verdad”, admitió Fran. Ahora, a plantar las semillas de los mejores tomates del mundo en Dexo.
