La “pena” de la chimenea de la central de Meirama
Naturgy derribó la estructura de 200 metros de altura de la antigua central térmica
Un total de 20 segundos. Este fue el tiempo que tardó en desaparecer del horizonte la chimenea de 200 metros de altura de la antigua central térmica de Meirama, ubicada en Cerceda y propiedad de Naturgy, que desarrolla los trabajos de desmantelamiento tras el cese de su actividad hace ya casi dos años. Hace unas semanas se ejecutó la voladura de la torre de refrigeración y ahora fue el turno de la otra estructura de evacuación de gases.
Los vecinos de la zona no quisieron perderse este instante y se congregaron en los alrededores para presenciar este capítulo de la historia industrial de Galicia. “Da mucha pena verla. Son 40 años viéndola. Es una referencia para nosotros”, aseguraba Carmen Villasenín, vecina de Orellán de Abaixo, unos minutos antes del gran momento.
Un chico que estaba en la zona también comentaba que esperaba poder contemplar el momento del derribo por completo porque “la otra vez”, cuando se demolió la torre de refrigeración, “pasaron los de Protección Civil y quedamos mirando para ellos”.
A las 14.00 horas exactas se pudo escuchar a través de los walkie-talkie que portaban los operarios que controlaban el perímetro de seguridad la cuenta atrás y la palabra clave: “fuego”, que precedió a la explosión. Lentamente, la estructura cedió hasta tocar el suelo, lo que provocó un gran estruendo. Posteriormente se generó una inmensa nube de humo que cubrió los alrededores de la central y a los curiosos que allí estaban.
La chimenea, de hormigón armado, tenía un volumen 50.868 metros cúbicos, un peso estimado de 8.983 toneladas y una altura de 200 metros. La instalación tenía un diámetro en rasante de 18,29 metros y un diámetro en coronación de 11,08 metros. El espesor del fuste era de 46 centímetros en su zona inferior hasta 58 metros de altura y su espesor medio era de 36 centímetros.
Naturgy señala que “la operación se llevó a cabo con las máximas medidas de seguridad, el mínimo impacto ambiental y con un cumplimiento riguroso de la normativa vigente”. Para minimizar el polvo que podía provocar el colapso de la chimenea, se dispuso un sistema de cortinas de agua circundando la construcción, según detalla la empresa. Una vez realizada la voladura, los fragmentos de hormigón serán recogidos a nivel del suelo. Tras la demolición de chimenea, se estima que se recuperarán, mediante reciclado, unas 105 toneladas de hierro y 8.000 toneladas de hormigón.
En cuanto al grado de avance de los trabajos de demolición en la instalación, es aproximadamente del 65%, habiéndose completado más de 262.000 horas de trabajo, según explica la empresa energética. En la actualidad hay alrededor de 80 personas trabajando en la obra.
Naturgy también indica que “está inmersa en un proceso de transformación para adaptar su negocio hacia un modelo más sostenible” .
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