Escolares del Parga Pondal se movilizan para dar un hogar a perros que no logran adopción

Instalan carteles con fotos, dibujos y datos en el cierre del colegio | Elaboraron chapas para collares y lograron donaciones de la comisión de fiestas de Santa Cruz y de una veterinaria

Alumnado de Infantil y Primaria del Parga Pondal que participó en la iniciativa.  // I.R.

Alumnado de Infantil y Primaria del Parga Pondal que participó en la iniciativa. // I.R. / M. Villar

Rome es un perro mestizo que tiene 17 años. Bones vivió muchos años en la calle. Done es un perro de Vigo que cuando se produjeron los graves incendios de 2017, la familia con la que vivía tuvo que desalojar rápidamente su vivienda y cuando pudieron regresar lo encontraron casi fallecido, pero logró sobrevivir. Alea es una pequeña perra que llegó en un pésimo estado a la protectora, y que tiene un ojo ciego. Estos son solo algunos de los 16 perros (y gatos) que alumnado de Infantil y Primaria del colegio Isidro Parga Pondal de Santa Cruz se han propuesto como objetivo lograrles un hogar. Son los más viejos, los que más tiempo llevan en una protectora y que nadie adopta o que han sufrido mucho. Son casos urgentes de las protectoras Os Palleiros (657.023831) y Villa Peixiño de Pontevedra (615.178972).

Alumnado de Infantil y Primaria del Parga Pondal que participó en la iniciativa, ayer ante el centro. |   // I.R.

Puesto con carteles, chapas y comida para los animales de la protectora dentro del colegio. // I.R. / M. Villar

Estos escolares ya tenían experiencia en su compromiso y activismo en favor de los animales: hace unos años editaron un libro con la historia de Quin, el relato de la búsqueda de este perro que se escapó y los esfuerzos de su familia hasta recuperarlo (libro que ahora se publica también en gallego).

“En este proyecto, el alumnado buscó información sobre las dos protectoras y sobre cada uno de los perros, y también gatos. Realizaron los dibujos de cada uno y también diseñaron unas chapas para collares para cada uno de ellos”, explicó ayer una de las profesoras del colegio que impulsó la iniciativa, Alicia Tojeiro.

“Con unos papeles especiales, unos plásticos, recortamos círculos, luego los decoramos, les pusimos los nombres de cada animal, luego fueron al horno y encogieron y así hicimos las chapas”, explicó ayer Area, de quinto de Infantil. “También llevan el teléfono de la protectora y dibujos como huellas o huesitos”, añadió Sofía.

Verja del colegio Parga Pondal con los carteles que promueven que se adopten los animales. |   // I.R.

Verja del colegio Parga Pondal con los carteles que promueven que se adopten los animales. | // I.R. / M. Villar

“Hay que mirar que cada animal se adapte a cada persona. Mi abuela cogió un Pinscher y es muy activo, siempre saltando, y se cansa mucho”, contó otra alumna, Claudia, mientras sus compañeros Inés, Antía, Iago y Paula señalan el muestrario de material que han logrado y que está expuesto en una mesa en la entrada del colegio. Además de las fichas de cada animal y las chapas, se pueden ver collares, correas y latas de comida que llevarán a las protectoras gracias a la aportación económica que les entregaron desde la comisión de fiestas de Santa Cruz y el material que les donó la clínica veterinaria de Os Regos.

Estos escolares, además de las fichas de cada animal y las chapas, realizaron carteles con las imágenes y dibujos, además de datos y características de cada uno de ellos, impresos a gran tamaño, y los colocaron a lo largo de la verja del cierre del centro educativo, para que tengan más visibilidad desde la calle y promover así que sean adoptados. Aquí se puede ver que también figuran algunos de razas que denominan peligrosas, como los Staffordshire, aunque destacan lo cariñosos que son.

“Hola, soy Luna, una preciosa perrita mestiza. Tengo entre dos y tres años, o sea que soy jovencita. No voy al gimnasio pero creo que estoy bastante bien. siempre estoy contenta pero a veces un poco triste porque nadie me presta atención”, dice la ficha de Luna, en uno de estos carteles en el cierre del colegio. Cada uno de ellos, además, tiene un código QR que remite a la página web de las protectoras donde se refugian estos animales a la espera de una nueva oportunidad, un nuevo hogar.

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