La tinta que corre por la arteria de A Laracha

AlmaMía Tattoo se ha convertido en un fenómeno en el centro larachés, donde cada vez más vecinos se tatúan por primera vez

Majo Martínez, tatuadora de AlmaMía, en su estudio en la avenida de Finisterre de A Laracha.

Majo Martínez, tatuadora de AlmaMía, en su estudio en la avenida de Finisterre de A Laracha. / La Opinión

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

La carretera general AC-552 tiene un particular olor a tinta en su paso por la avenida de Finisterre de A Laracha, la arteria del centro del municipio. Hace poco más de dos años, una pareja de tatuadores venezolanos decidieron trasladar su salón desde A Coruña y ubicarlo a escasos metros del Ayuntamiento larachés. La apuesta era arriesgada en aquel momento, pero en este tiempo han conseguido decenas de clientes de proximidad que confían en este estudio para hacerse su primer tatuaje. “No fue una decisión sencilla, pero no podía quedarme en A Coruña porque la tienda me estaba consumiendo mis ahorros”, explica Majo Martínez, propietaria de AlmaMía Tattoo.

La tatuadora trabaja en el último encargo de una clienta.   | // LA OPINIÓN

La tatuadora trabaja en el último encargo de una clienta. / La Opinión

Ella y su pareja ya tenían otro negocio en Arteixo desde hacía unos años. Con él se habían labrado un nombre y recibían usuarios fieles, tanto del municipio como de los alrededores, pero quisieron seguir expandiéndose hacia la comarca de Bergantiños. “A mi marido se le ocurrió la idea loca de abrir otro estudio”, apunta Majo. Su idea era hacerlo en Carballo, pero la existencia de otros negocios y el precio prohibitivo del alquiler de los locales les hizo descartar esta localización. “Un día que habíamos ido a mirar locales a Carballo, nos llamó la atención uno que estaba libre en A Laracha, frente al Ayuntamiento”, rememora. Este bajo se convirtió definitivamente en una apuesta real. "El alquiler es más asequible" y asegura que consigue más ingresos que los que obtenía con su tienda en la ciudad.

El temor previo a la apertura era notable. “Tenía mucho miedo por que pensaba: ‘¿De verdad va a venir alguien a tatuarse aquí?”, bromea la dueña del salón de tatuajes. “Sin embargo, a las pocas horas de conseguir el local, venir a limpiarlo y poner el cartel de próxima apertura, me habló una persona para concertar una cita”, recuerda la tatuadora de AlmaMía. En ese tiempo, el trasiego de encargos ha sido intenso. “Hemos tenido hasta dos meses de lista de espera. Y nunca hemos bajado de las tres semanas”, asevera Majo Martínez.

Una de ellas es Scherezade Horcas, vecina de la zona. “Todo el mundo aquí se sorprendió cuando se supo que iba a abrir una tienda de tatuajes”, comenta Horcas. Ella ya era una aficionada a la tinta, pero cuando Majo abrió su salón en A Laracha, decidió probar sus diseños. Esto se convirtió en algo rutinario para ella. “Voy casi cada mes a hacerme algún tatuaje”, cuenta la clienta. Recientemente, se ha centrado en un trabajo grande en el brazo izquierdo.

La mayor parte de su clientela la conforman mujeres y de cualquier rango de edad. “Tengo un buen grupo de clientas de entre 55 y 75 años”, especifica, añadiendo que llegó a tatuar a un señora de 92 años.

Abrir durante la pandemia, lejos de ser un problema, fue una sorprendente y emotiva oportunidad para sacar adelante el negocio. “Muchos clientes vinieron a hacerse su primer tatuaje con el nombre de un familiar que perdieron por el coronavirus”, indica la tatuadora. Uno de estos casos fue el marido de Scherezade. “Él siempre ha sido anti tatuajes, pero con la muerte de mi suegro por la pandemia, decidió tatuarse en el corazón una frase que le dijo él poco antes de morir en una visita que le dejaron hacerle en el hospital: ‘Mentres estedes aquí, desfrutade do tempo”, detalla Schrezade Horcas.

La apertura del salón de tatuajes, de alguna manera, contribuyó a revitalizar la travesía larachesa. A su alrededor abrieron, la pescadería, el Telepizza, el herbolario A Semente, el bar de enfrente y las máquinas expendedoras. “Da gusto ver el ambiente que se ha formado en estos años en la zona”, aprueba la tatuadora venezolana.

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