El bombeo de Pía de Maianca en Mera es la instalación que más luz consume de Oleiros

Los bombeos eléctricos, para impulsar las aguas por las tuberías hasta una planta de tratamiento o para salvar una pendiente contraria, son imprescindibles en los municipios. Pero también suponen uno de los mayores gastos en electricidad de un Ayuntamiento. En el caso de Oleiros el bombeo de los sumideros de la calle Ferradura en la urbanización Pía de Maianca en Mera, es el que más consumo le supone al Concello, concretamente 563.667 kilovatios hora al año.

El segundo mayor consumo eléctrico y por tanto que más gasto le supone a este municipio es el de otro bombeo, en este caso el situado en la calle Francisco Comesaña, en el entorno del parque Luis Seoane de Santa Cruz. Su consumo anual está en 555.325 kilovatios hora.

El Concello oleirense sacó a contratación recientemente el suministro eléctrico a instalaciones y dependencias municipales por un importe de 1,5 millones (impuestos incluidos) durante un período de un año. Cualquiera de estos dos bombeos supone un consumo más elevado que el de la propia Casa Consistorial, situada en la plaza de Galicia, donde la compañía eléctrica factura unos 71.000 kilovatios anuales.

El tercer y el cuarto mayor consumidores de energía eléctrica en este territorio son dos colegios públicos. El primer lugar está el de A Rabadeira, en la rúa Ensino, uno de los de mayor población escolar del municipio. Su gasto en luz es de 167.000 kilovatios hora al año.

A continuación, en el cuarto puesto, se sitúa el colegio de Infantil y Primaria Valle Inclán de Perillo, que también cuenta con pabellón y tiene al lado la escuela municipal de danza. El consumo de estas instalaciones es de 122.000 kilovatios anuales.

El centro cultural A Fábrica de Perillo, donde se realizan todo tipo de actividades en el auditorio, además de ser escuela municipal de música, además de albergar exposiciones, es el quinto mayor consumidor de luz con 106.315 kilovatios hora al año.

El Ayuntamiento de Oleiros realizó hace años auditorías del consumo de luz, que dieron lugar a la toma de medidas paulatinas, como la sustitución de farolas tradicionales, normalmente de vapor de sodio, por las led, de mucho menor consumo y más duración.

También se instalaron nuevos cuadros de mando y contadores (durante muchos años los ayuntamientos, sobre todo en el caso del alumbrado, pagaron una estimación, al no tener contadores).

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