Olalla Suárez, cinco participaciones de un 2º premio: “El invierno está siendo duro, con dos niños. Nos da la vida”

El hostelero compartió su buena nueva con el lotero, quien mostró también su alegría por él. El responsable del despacho de Loterías incidió en la casualidad de que, hacía poco, el hostelero ahora premiado había compartido con él sus preocupaciones económicas en una charla sobre lo complicado que resulta hoy en día lograr ahorrar o pensar en adquirir una propiedad.

No saben bien qué miembro de la familia, cuándo y dónde cogió los pasaportes al desahogo pero, como sea, tienen cinco participaciones de un segundo premio adquiridas a través de la protectora de animales Gatocán, que repartió buena parte de la fortuna que este viernes recibieron quienes atesoraban billetes con el 58303. Y, aseguran, les acaban de dar un importante balón de oxígeno. Olalla Suárez y su pareja, que regentan desde hace poco el bar O Porqué, ubicado en el centro de Cambre, seguían este viernes al pie del cañón, tras la barra y trabajando en la terraza, cuando todavía asimilaban la noticia. “Unos 20.000 euros limpios por cada participación”, calculaba un cliente sentado en un taburete junto a la barra pasadas las 14.00 horas, que dejaba entrever su alegría por los hosteleros. Con exactitud, 25.000 euros. “Lo necesitábamos. Abrimos hace poco y el invierno está siendo bastante duro y crudo, con dos niños pequeños”, aseguraba la pareja de Olalla Suárez. “Nos acaba de dar la vida”, celebraba, en el establecimiento. Dudan si fueron ellos quienes compraron a la protectora de animales las participaciones o quizá la madre de Olalla. Las dudas sobre dónde compraron las participaciones se deben, en parte, a que este año pusieron los huevos en varias cestas al confiar al azar una mejora de su futuro inmediato. “Cogimos mogollón este año. Ni idea de dónde compramos estas participaciones”, confesó la pareja. A unos metros del local, en la Administración de Lotería número 1 de Cambre, en el número 2 de la calle Cruceiro —junto a la rotonda del centro de la capital municipal— se celebraba otra fortuna, aunque ésta todavía sin rostro: la venta por máquina de un décimo agraciado con el premio gordo. El lotero, Bernardo Tejera, celebró haber concedido por primera vez en su trayectoria el premio estrella de la Lotería de Navidad y su vecino, agraciado con cinco participaciones de la plata de los galardones de las fiestas navideñas, compartió con él la alegría y hasta el alivio que le había supuesto conseguir el premio.