El ADN confirma que los restos óseos hallados en Mazaricos son de un vecino de Culleredo

También se han localizado los de un vecino mazariano

Los investigadores atribuyen la muerte de ambos al delincuente 'Pandolo'

Ambos desaparecieron cuando el presunto asesino disfrutaba de permisos penitenciarios

Labores de búsqueda por parte de la Guardia Civil en los montes de Gosolfre, en Mazaricos. PROTECCIÓN CIVIL

Labores de búsqueda por parte de la Guardia Civil en los montes de Gosolfre, en Mazaricos. PROTECCIÓN CIVIL

J. M. Ramos - Agencias

Las pruebas de ADN confirmaron que los restos óseos hallados en varias bolsas de plástico en un monte de Mazaricos pertenecen al vecino mazaricano Antonio Tuñas, de 72 años, y a Javier Iglesias, de 50, residente en Culleredo. Además, los investigadores atribuyen la desaparición y muerte de ambos al delincuente José Manuel Martínez, conocido como Pandolo.

Las primeras pruebas habían confirmado que el cráneo hallado en el lugar de Gosolfre era el de Antonio Tuñas, que estaba desaparecido desde el 15 de diciembre de 2022. En los días siguientes, los efectivos de búsqueda localizaron cinco bolsas de plástico con nuevos restos óseos y también prendas de ropa, que no pertenecían al vecino mazaricano, y desde un primer momento se sospechaban que podrían ser los de Javier Iglesias, que se encontraba en paradero desconocido desde el 5 de mayo de 2023.

En ambos casos, las líneas de investigación apuntaban hacia Pandolo, ya que ambas desapariciones coincidieron en el tiempo con sendos permisos penitenciarios disfrutados por el conocido delincuente, vecino de Mazaricos. Ahora, según apunta Europa Press, se ha confirmado que, al menos, es el autor de la muerte de Javier Iglesias.

Desde el primer momento, la familia de Antonio Tuñas sospechaba también de que detrás de su desaparición estaba Pandolo, dado que el desaparecido había tenido, semanas atrás, una discusión con la madre del delincuente, en relación a las propiedades de unas fincas en el lugar del que ambos eran originarios.

No obstante, tras su desaparición la única pista fue la localización del coche de Antonio, aparcado en una calle de Carballo. Todo apuntaba a que el vehículo llegó a la capital de Bergantiños conducido por otra persona, dado que en el mismo aparecieron varias colillas y el desaparecido no fumaba. Pero el tiempo pasaba y nada más se supo de su paradero hasta que el pasado mes de octubre un senderista localizaba un cráneo, que resultó ser el de Antonio, en una pista forestal en el núcleo de Gosolfre (Mazaricos).

A partir de ahí, se intensificaron las labores para intentar esclarecer qué le ocurrió a Tuñas, y en el dispositivo de búsqueda activado en la misma zona, con participación de Protección Civil y la Guardia Civil con perros del servicio Cinológico, se encontraron más huesos humanos en cuatro bolsas de plástico y prendas de ropa en una quinta.

Desde el inicio, la Guardia Civil investigó si ambos sucesos se podían atribuir a Pandolo, un vecino de Mazaricos con numerosos antecedentes y que actualmente se encuentra ingresado en prisión.