El hijo de ‘La Mora’ se declara inocente de narcotráfico y pertenencia a grupo criminal

La Guardia Civil asegura que realizaba tareas en vigilancia en el inmueble ocupado por el clan para la venta de droga

La Fiscalía pide para él ocho años de prisión

Daniel Abelenda Lado

Daniel Abelenda Lado

“Soy inocente”, declaró G.S.S. (por sus iniciales), uno de los hijos de la líder del clan de La Mora. Ayer se celebró en la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña el juicio contra el único integrante que negó ser autor de delitos de tráfico de drogas y pertenencia a grupo criminal, a raíz de una investigación de la Guardia Civil que culminó con una entrada y registro en el edificio que la familia ocupaba en el número 33 de la calle Touriñana, en Meicende, el 9 de mayo de 2022. El acusado recalcó su inocencia de los cargos por los que la Fiscalía pide para él una pena de ocho años de prisión: siete por narcotráfico y uno, por pertenencia a grupo criminal. El juicio se retomará la próxima semana.

Durante el registro, según los atestados levantados por los agentes que intervinieron en la operación, el acusado residía en una vivienda del tercer piso del edificio. En su interior encontraron dos envoltorios de cannabis, una báscula de precisión, tres navajas con restos de una sustancia marrón, una tarjeta metálica para picar marihuana y otras dos picadoras para el mismo fin. Ante la pregunta de la fiscal, el hijo de La Mora reconoció que residía en ese piso junto a su sobrino desde, al menos, cuatro meses antes de la intervención. Sin embargo, indicó que no era consumidor ni vendedor de droga y que desconocía la presencia de esas sustancias y utensilios en su residencia.

En la sesión testificaron cuatro guardias civiles que participaron tanto en la investigación previa del caso como en la entrada y registro que se realizó en mayo de 2022 en el inmueble ocupado. Los cuatro coincidieron al señalar que el clan de La Mora actuaba de manera organizada y que cada miembro tenía una función. En concreto, al acusado ayer le atribuyeron las labores de vigilancia. Según relataron los testigos, se encargaba de revisar en la entrada al inmueble desde la calle cuando accedían o salían compradores, a los que también orientaba para que se dirigiesen al bajo o al portal, en función de la droga que iban a adquirir.

El enjuiciado negó que su piso fuese utilizado como lugar de consumo para los clientes y aseguró que solo acudía al bajo, en el que residían sus padres, para cocinar y comprobar que ellos se encontraban en buen estado.

Investigación y registro

La Guardia Civil inició una investigación en el año 2022 sobre este inmueble ocupado en el municipio de Arteixo al que se había trasladado el clan tras ser desalojado de las viviendas de San José. Allí, llevaron a cabo vigilancias desde el 25 de febrero hasta el 8 de marzo, en las que constataron que acudían toxicómanos a comprar droga en el bajo, donde residía la líder, e, incluso, accedían a través del portal a los pisos superiores, para adquirir otras drogas o para consumirlas. También incautaron las sustancias de los clientes interceptados, que corroboraron que la habían obtenido en ese edificio.

En la entrada y registro localizaron diferentes alijos, utensilios de medición, dinero en metálico, armas blancas y dispositivos electrónicos. Además, los agentes localizaron a un individuo, posible consumidor, en las escaleras entre el segundo y el tercer piso del edificio. Aunque ninguno de los agentes que declararon pudo confirmar que salió de la vivienda en la que dormía el acusado, sí constataron que portaba droga y papel de plata. La intervención se saldó con siete detenidos. Seis de ellos, ya condenados hace meses, asumieron la culpa de los hechos que este acusado niega.