Localizada en Cecebre una planta invasora procedente de Nueva Zelanda que amenaza la calidad del agua

Se trata de la Crassula helmsii, una planta acuática originaria de Nueva Zelanda, utilizada en acuariología e inédita hasta ahora en la Península Ibérica

Especialistas de la UDC advierten de que su proliferación ha supuesto un "grave problema" en las Islas Británicas y os Países Bajos dado que provoca daños en lagos y embalses y puede afectar a la calidad del agua

 Los científicos ven precisa una mayor vigilancia para alertar de la entrada de nuevas invasoras en las primeras etapas de invasión y limitar su expansiòn

Investigadores de la UDC en el embalse de Cecebre

Investigadores de la UDC en el embalse de Cecebre / L.O.

Investigadores de la Universidad de A Coruña han localizado en el embalse de Cecebre una nueva especie invasora, inédita hasta ahora en la Península Ibérica. Se trata de la Crassula helmsii, una planta acuática originaria de Nueva Zelanda, utilizada en acuariología y considerada especialmente dañina por sus efectos negativos sobre los ecosistemas y la calidad del agua al alterar los ciclos de nutrientes y luz.

Los especialistas Jaime Fagúndez, del Área de Botánica de la UCD y María José Servia, del Área de Zoología, advierten de que la proliferación de esta planta ha supuesto un “grave problema” en las Islas Británicas y los Países Bajos, dado que provoca daños en lagos y embalses, y urgen a adoptar medidas ante el riesgo de que pase factura a la calidad del agua del embalse del que beben A Coruña y su comarca.

 Los investigadores encontraron una relación entre la presencia de esta planta y el nitrógeno del suelo y la riqueza de especies nativas. Manejan además como hipótesis una posible relación directa entre la proliferación de la Crassula helmsii y otra especie invasora muy presente en el embalse, el cangrejo americano. Los investigadores no han logrado demostrar de momento esta vinculación, pero consideran que podría existir un “beneficio mutuo” para las dos especies que agrave el problema de esta presa.

Llaman la atención sobre el hecho de que esta planta acuática se dispersa por la fragmentación de los tallos, a lo que podría contribuir su trituración por parte del cangrejo rojo. De confirmarse este extremo, apuntan los expertos, se trataría de un caso de “fusión invasora”.

Ejemplares de Crassula helmsii en el embalse de Cecebre.

Ejemplares de Crassula helmsii en el embalse de Cecebre. / L.O.

Los científicos apelan a la necesidad de establecer cuanto antes planes de control y mitigación de esta especie, dado que su eliminación es “improbable” una vez que está asentada. Entre otras medidas, proponen la restauración de la vegetación natural en los márgenes del embalse, ya que una comunidad nativa dispersa promueve la competencia y equilibra los nutrientes. Consideran necesario además reducir el acceso de la población a la zona afectada y promover buenas prácticas como la desinfección de las botas para evitar la propagación de la planta.

Los expertos apelan también a la importancia de establecer una mayor vigilancia para alertar de la entrada de nuevas invasoras en las primeras etapas de introducción, lo que permitiría limitar su expansión y los daños ambientales, sociales y económicos que pueden generarse en el futuro. “Una respuesta rápida en la contención de la Crassula helmsii en el embalse y la vigilancia de su expansión a masas de agua cercanas abaratará los costes futuros de gestión”, apuntan.

Este estudio, en el que colaboraron también Anxo Balado, Eva Martínez Veiga e Miguel A. Fernández y que ha sido publicado en revista internacional Biological invasions, forma parte de un proyecto financiado por la Cátedra Hijos de Rivera-UDC de Desenvolvemento Sostible, con la colaboración de la Reserva da Biosfera Terras do Mandeo, y Emalcsa.

Contrato para frenar la expansión "desbocada" del cangrejo americano de Cecebre

La Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas contrató a finales de 2022 por cerca de 50.000 euros actuaciones de control del cangrejo americano en el embalse de Cecebre. La entidad tomó esta medida tras advertir en varias ocasiones del daño provocado por la proliferación “desbocada” de esta especie exótica en la presa, que mermó de forma notable la presencia en el entorno de varias especies de anfibios y de libélulas.

El contrato, a realizar en dos anualidades, incluía la realización, recuento aproximado de ejemplares de cangrejo americano y localización de las zonas en las que más abundan para monitorizarlos, además de las medidas para reducir su presencia y, así, mermar el impacto en la biodiversidad.

“La erradicación es imposible. El embalse es muy amplio y siempre van a quedar huevos, ejemplares que se entierran debajo del agua, porque tienen un ciclo con hibernación parte del año. Se trata de rebajar su presencia a una tasa que permita que los problemas de biodiversidad y erosión no se acrecienten”, apuntaba hace unos meses el gerente de la Reserva, Jorge Blanco.