La Guardia Civil anunció ayer el fin de las investigaciones en el marco de la operación Capacho contra la venta irregular de vieira de la ría de Ferrol. El trabajo del instituto armado -que se inició el pasado 2 de junio- concluye con 23 acusados de un delito contra la salud pública por la presunta venta de molusco procedente de aguas ferrolanas, contaminadas por la toxina amnésica (ASP). Estas 23 personas están en libertad con cargos a la espera de lo que decida el titular del juzgado de Instrucción número tres de Ferrol, Alejandro Morán Llordén.

Hasta ahora solo se sabía de la existencia de 22 imputados a raíz de las indagaciones de la Guardia Civil -seis furtivos, un distribuidor de pescado, un vendedor minorista y 14 profesionales de la hostelería de A Coruña y Pontevedra- pero ayer salió a la luz que el juzgado de Ferrol imputó por su cuenta a otro mariscador furtivo que actúa habitualmente en la ría ferrolana.

Los trabajos iniciados hace justo un mes concluyen también con la incautación de 1.200 vieiras irregulares, 50 kilos de zamburiña, dos embarcaciones, un turismo y una furgoneta. Tanto los vehículos como los barcos eran propiedad de algunos de los mariscadores furtivos implicados en la trama.

Durante la operación Capacho los agentes realizaron además tres registros -en dos viviendas y en un bajo comercial- que les permitieron requisar marisco irregular almacenado para su posterior venta.

Las detenciones de la Guardia Civil comenzaron el pasado 2 de junio cuando, tras varios meses de investigación, un grupo de agentes siguió a dos furtivos de Ferrol hasta un garaje de Santiago. Los dos mariscadores irregulares se encontraron con un camarero del restaurante santiagués Vilas y con el propietario del restaurante ferrolano El Juanillo. El instituto armado detuvo a los cuatro implicados y les requisó 802 vieiras extraídas de la ría de Ferrol, donde su captura estaba prohibida por los altos niveles de toxina amnésica. Los dos furtivos estaban imputados ya en la trama de venta irregular de vieira de septiembre de 2008, conocida como operación Cataluña.

Tras esta acción inicial, los agentes registraron el establecimiento ferrolano El Juanillo y decomisaron otras 264 vieiras que carecían de la documentación correspondiente.

Un día después, el 3 de junio, se unieron a la lista de implicados en la operación Capacho el propietario de la parrillada San Isidro, de Bergondo, el dueño de los restaurantes O Calexo, de A Coruña, y un distribuidor de pescado de Santiago. En el primero de los establecimientos los agentes decomisaron 24 vieiras mientras que al hostelero coruñés le requisaron más de 100 piezas que tenía guardadas en un bajo gestionado por él, al margen de los restaurantes.

El 4 y 5 de junio se produjo la imputación de otros dos profesionales del restaurante santiagués Vilas: la gerente (hija del propietario) y la cocinera.

En los siguientes días el goteo de implicados fue constante, hasta el 13 de junio, con la imputación de ocho profesionales más de la hostelería, cinco furtivos y un vendedor minorista.

Los análisis realizados por la Consellería do Mar revelaron que la mayoría de las vieiras portaba toxina amnésica.