La Secretaría General de Pesca, dependiente del Ministerio de Agricultura, se ha vuelto "más exigente" con los buques españoles que faenan en el caladero de Gran Sol. La retirada temporal de la licencia al armador del pesquero coruñés Siempre Elife por el supuesto desembarque de capturas distintas a las anotadas en el diario de a bordo es, según el Gobierno, "una advertencia" para anunciar a la flota que no va a "pasar por alto ningún tipo de infracción". Pesca prevé, además, un nuevo sistema para sancionar a los barcos que sobrepasen el total de capturas de una especie en una marea: el buque que sobrepesque tendrá prohibido capturar esa especie en la siguiente jornada de trabajo, a no ser que otra embarcación le ceda parte de su cuota. La flota de Gran Sol se enfrenta también este ejercicio a una multa por sobrepesca de merluza en 2012 que, a diferencia de años anteriores, tendrá que afrontar cada buque que haya cometido la infracción individualmente.

El pasado martes los armadores de los buques que faenan en Gran Sol se reunieron en Madrid con miembros de la secretaría de Pesca para transmitir su oposición a la normativa de descartes que prevé la reforma pesquera comunitaria. Lo que en un principio iba a ser un encuentro para trasladar su crítica por la "satisfacción de Cañete" ante esta medida, se convirtió en un anuncio por parte del Gobierno de que acentuará sus controles a los barcos que faenan en aguas del caladero británico.

La flota española de Gran Sol recibió "por sorpresa" el anuncio de la suspensión de la licencia al armador del Siempre Elife por parte del Gobierno a finales del pasado mes de marzo, a pesar de que le fue devuelta posteriormente. "Según contaron en Madrid, la suspensión de la licencia es una advertencia de que no van a pasar por alto ningún tipo de infracción", comenta Jesús Etchevers, presidente de la asociación de armadores Arpesco, que estuvo representada en la reunión a través de su vicepresidente.

Entre las nuevas medidas anunciadas por Agricultura, el sector destaca el cambio en la normativa para penalizar la sobrepesca en el caladero británico. "A partir de ahora, al barco que sobrepesque una especie le van a prohibir la pesquería, no salir a faenar, pero sí capturar esa especie", explica Etchevers. Por lo tanto, cuando un buque llegue a puerto para descargar y los inspectores corroboren que alguno se sobrepasó en las capturas que tiene asignadas, no podrá pescar esa especie en la siguiente marea. Salvo una excepción: que otro barco le ceda "parte de cuota" para paliar ese excedente.

Precisamente, el año pasado los buques españoles que faenan en Gran Sol se excedieron más de un 4% en las capturas de merluza en el caladero, lo que supone más de 580 toneladas. Para contrarrestar esta sobrepesca, el Gobierno repasará las capturas de cada buque y sancionará en el presente ejercicio a los responsables del exceso, y "sumará alguna penalización". "Antes lo descontaban a nivel nacional y ahora irán sancionando barco por barco, y ni siquiera podrán pagarla con la cuota restante de otra zona", especifica Etchevers.

Con todo, los armadores de la flota de Gran Sol critican los "continuos excesos" en los controles en materia pesquera por parte del Gobierno, que "se rinde ante los egoísmos europeos" y no permite "flexibilidad alguna". El presidente de los armadores de Arpesco reitera la "muerte anunciada" de los barcos que faenan en el caladero británico. "En el Gobierno todavía nos llaman la flota de los 300, cuando en realidad somos cien y pronto nos convertiremos en la flota de los 25", sentencia.