El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha enfilado el camino recto del reconocimiento. Lo ha hecho por la vía de la concesión a la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo de la Placa de Oro al Mérito Pesquero de la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario, porque ha protagonizado y protagoniza la historia de la pesca española e internacional en los últimos cincuenta años.

Y lo ha hecho también el Ministerio en la persona de Amador Suárez, presidente de la Confederación Española de Pesca (Cepesca) y del Grupo Amasua, por su trayectoria empresarial y su contribución a la defensa de los intereses de la industria pesquera española desde la presidencia de Cepesca.

En uno y otro caso, distinciones merecidas por cuanto, a día de hoy, resulta imposible entender la historia de la pesca en España al margen de esas dos entidades (Cooperativa de Armadores de Vigo y Cepesca) protagonistas aún sin buscarlo de la estrategia del crecimiento ordenado -no sin sobresaltos- de un sistema de vida no siempre bien entendido por aquellos que tienen en sus manos el poder de decisión en la existencia de ese tipo de empresas pesqueras.

Desde la década de los 60 del siglo pasado resulta imposible ahondar en el historial pesquero de España sin encontrar continuas referencias a la cooperativa viguesa. Y, en el último decenio, con Cepesca, la gran patronal -junto con la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores- de la pesca española.

Dos potencias. Dos hitos en el camino largo, lento y de continuos problemas del sector pesquero español. Dos maneras de encarar las vías por las que llegar a la meta de pescar para poder seguir pescando en el futuro o, lo que es lo mismo, propiciar la sostenibilidad de los recursos porque de estos depende también el futuro de la Cooperativa de Vigo y Cepesca.

El pasado 25 de mayo se reconoció en un acto organizado por el Ministerio que dirige Isabel García Tejerina, la trayectoria de quienes urgidos por la necesidad de pescar adecuadamente, supieron plantear también modos y maneras de hacerlo y mares en los que realizar esas pescas: en, por ejemplo, Namibia, Argentina, Malvinas, aguas de NAFO, Mauritania, Senegal, Camerún y la apertura de mercados en Europa, Asia y Estados Unidos.

De vez en cuando se producen hechos que, como estos, merecen ser destacados y que son de agradecer por su relevancia. Especialmente cuando tanto tienen que ver asimismo con una comunidad autónoma que, como es el caso de Galicia, tiene a la pesca como uno de sus máximos referentes.

Enhorabuena a la Cooperativa de Armadores de Vigo y a Cepesca.

Algún día habrá que reconocer también la labor de aquellos que, en el marco de la pesca, hacen que esta sea una realidad tangible con su esfuerzo diario.