Corren buenos tiempos para el sector mejillonero gallego. Prueba de ello es que la intensidad de las descargas -a un ritmo frenético en los dos últimos meses- ha permitido colocar en el mercado prácticamente toda la producción de talla comercial. Y aunque ésta es una buena noticia también tiene una lectura negativa, y es que apenas queda producto para afrontar la campaña de Navidad.

"Está todo el pescado vendido", bromeaba ayer uno de los mejilloneros consultados por este diario, a lo que Javier Blanco, presidente de la asociación de productores Virxe do Rosario (Vilagarcía), explicaba que esta segunda mitad del año ha resultado "francamente positiva". "Por eso apenas tenemos mejillón en las cuerdas y va a ser complicado abastecer toda la demanda que se produzca a partir de ahora", añadió.

El sector ha tenido "mucha más suerte que en años anteriores", gracias a que la toxina se ha mantenido inactiva, no se han registrado intensos temporales, que desprenden la producción de las cuerdas de las bateas. "Hemos conseguido cultivar un producto de enorme calidad, de ahí que la demanda fuera en aumento prácticamente día tras día", explican los bateeiros.

Hace un par de semanas desde el propio sector se advirtió ya de lo avanzado de la campaña, de ahí que la llegada entonces de un episodio tóxico que empezó a cerrar parques de cultivo no preocupara en absoluto, dado que la reaparición de las toxinas lipofílicas iba a ser un descanso temporal que ayudaría a regular la extracción conservando mejillón en las cuerdas para afrontar más adelante la campaña navideña. Pero finalmente, las prohibiciones de extracción se limitaron a la boca de rías como la de Arousa y sólo por unos días. La marea roja ha descendido ya considerablemente e incluso desaparecido en muchas zonas, como O Grove, que fue reabierto al marisqueo antes de lo previsto.

A diferencia de otras campañas, cuando el sector afrontaba la recta final del año sumido en la incertidumbre y una profunda preocupación, por las mareas rojas y los temporales, los bateeiros mantienen la tranquilidad porque saben que la temporada está salvada para la inmensa mayoría de los productores.

Buena parte de este fenómeno se da por la calidad del producto alcanzada este año, que permitió colocarlo rápidamente tanto en el mercado de fresco -el de las depuradoras y comercializadores que lo remiten a pescaderías, supermercados, plazas y demás- como en el de industria transformadora (cocederos y conserveras). Productores y empresas destacan el importante tamaño alcanzado este año por el molusco. De hecho, los transformadores confirman que esa calidad les permitió finalizar ya la "campaña de fábrica" que arrancó en agosto.

El único resquicio de preocupación que puede haber está relacionado con el citado desabastecimiento navideño después de haber colocado en el mercado tanto producto y a un ritmo tan rápido. La solución a este contratiempo, derivado de la escasez de molusco de talla comercial, puede ser la comercialización del mejillón más joven, aunque tenga menor tamaño que el distribuido hasta ahora.