Tarde, como es habitual. Pero al menos su viuda, su hija y su nieto han tenido la oportunidad de recoger la medalla de la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario que, a título póstumo, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente concedió a Genaro Amigo Chouciño, quien fuera patrón mayor de la cofradía de pescadores de Malpica, presidente de la Federación Provincial de Confrarías de pescadores de A Coruña y presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pecadores.

Tras veintisiete años de ejercicio ininterrumpido de su cargo como patrón mayor del pósito malpicán, Genaro Amigo Chouciño fallecía en el verano de 2016, siendo presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, cargo en el que desarrolló una intensa tarea de unión de los pósitos españoles en un momento en el que muchos de estos optaban claramente por la segregación en federativas autonómicas, siguiendo el ejemplo de Euskadi. Le tocó también luchar duramente contra el incremento de los precios del combustible que arruinaba a las distintas flotas pesqueras españolas y la estipulación de TAC y cuotas para una flota, la de bajura, que nunca había tenido tan graves problemas con las decisiones de una Unión Europea que nunca entendió -ni entiende- las peculiaridades de un segmento de flota que en la práctica no tiene parangón en los demás estados miembros poseedores de plataformas y flotas pesqueras.

Genaro Amigo no rehuyó el cara a cara en su lucha por la defensa del sector pesquero de bajura y la de la existencia de los pósitos, estos como generadores de la unión entre los pescadores y verdaderos organismos que, aún no siendo sino entidades de derecho público sin ánimo de lucro, dieron -y dan- testimonio de cómo, también en la mar y la pesca, la unión de todas las fuerzas permite una vida mejor a los pescadores.

Su paso por la cofradía malpicana, así como por la Federación Provincial de Confrarías de A Coruña y, finalmente, la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, ha marcado un antes y un después en esas entidades. Esa tarea se reconoce ahora, camino ya de los dos años de su muerte, en un triste reconocimiento de que solo cuando te vas de este mundo llegan los homenajes.

Él, Genaro, ya no ha podido recibirlo. Como tampoco lo recibió aquel que le aupó con fuerza a la cofradía de Malpica, José Manuel Vila Pérez. Y sin embargo la vida de los últimos 30 años no se concibe en la que se denomina como " vila da Vida na Costa da Morte" sin los que han sido sus pilares o ejes fundamentales desde el mar y la pesca para crecer y crear fundamentos políticos, sociales y económicos allí donde, desde los tiempos en los que Malpica batallaba con las ballenas, no había sino emigración.

La cofradía de pescadores fue la plataforma desde la que Genaro Amigo y José Manuel Vila sentaron las bases de un crecimiento del que aún hoy sus habitantes se sienten orgullosos.