La flota de litoral gallega, compuesta por arrastreros, palangreros, cerqueros y embarcaciones de artes menores, continúa descendiendo. Son un referente en todo el Cantábrico Noroeste, al suponer el grueso de todos los barcos que participan en el caladero junto a los de Asturias, Cantabria y el País Vasco. Es por este motivo que la pérdida de casi 235 embarcaciones de este tipo en la comunidad desde 2013 ha provocado que el censo español caiga de las 4.800 unidades por primera vez. Desde las cofradías entienden que el mar sigue sin atraer a los jóvenes y sitúan la falta de relevo generacional como uno de los principales motivos de esta sangría. "Creo que el oficio de pescador es duro y sacrificado y poco remunerado para los esfuerzos que suponen", señala Tomás Fajardo, presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores.

El descenso en la flota gallega se ceba, sobre todo, con los barcos de artes menores. Los datos de la Secretaría General de Pesca situaban el número de este tipo de embarcaciones en 4.325 a cierre de 2017, es decir, 54 menos que un año antes. "Tenemos la mayor flota de España y es normal que cuando haya caídas sean mayores en Galicia. Sobre todo en el caso de la bajura", explica el presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP), el lucense Basilio Otero.

Desde el 2010 la flota gallega pasó de tener 5.106 embarcaciones a disponer de 781 menos. Solo desde hace cuatro años el descenso es de casi 273, de las que 40 corresponden a buques de altura o gran altura -que o bien fueron desguazados, exportados o cambiaron de bandera para conseguir más cuotas- y el resto a barcos de litoral.

En los pósitos están convencidos de que la falta de gente joven que quiera ir al mar está provocando esta situación. "Hay muchos casos de padres e hijos que van al mar hasta que se jubila el padre. Ahí los hijos optan por trabajos en tierra", señala Fajardo. Otero, por su parte, destaca otro de los motivos que producen estos descensos: la complicación en las normativas. "Mi padre se jubiló hace 12 o 13 años y si le digo lo que tiene que hacer para volver al mar no se lo cree", ilustra.

Ambos consideran que este descenso puede parar en los próximos años al desaparecer las ayudas al desguace desde este año. Pero para el lucense es importante también "contar con el sector" a la hora de elaborar las normativas en Bruselas. "Hay poca cuota y una gran cantidad de normativa que cumplir que muchos no llegan a entender, como es normal", resume el presidente de la FNCP.

Mejores condiciones

La directora xeral de Pesca de la Consellería do Mar, Mercedes Rodríguez, reconoce por su parte que la situación "es complicada" y que a la Xunta "le gustaría" que hubiese un mayor relevo generacional. "Buscamos aplicar ayudas del FEMP [Fondo Europeo Marítimo y de Pesca] para ello, pero son muy restrictivos", explica.

Ayer en el Parlamento de Galicia, la responsable pesquera señaló que para atajar esta problemática existe "un área blindada en los presupuestos" para la formación, con una partida de 1,5 millones de euros para los dos próximos años (un 2% más).

Por otro lado, Rodríguez apuesta también porque la flota que vaya quedando "esté al menos en mejores condiciones" que antes. Así, estima que el actual plan de gestión que se aplica en el caladero Cantábrico Noroeste permitió que la flota gallega vendiese un 28% más de producto por un valor un 6% mayor el años pasado que respecto a 2010. Rodríguez recordó que esta flota descargó en lonja más de 142.200 toneladas por un importe de más de 216 millones de euros.

¿Cómo habiendo menos barcos de litoral en la comunidad gallega las cifras son mejores? "Gracias a la introducción del plan de gestión, a lo que también hay que sumar que la flota de litoral tiene más cuotas que en 2009, aunque muchos lo quieran negar", sentencia Rodríguez.