Por más que se dictan normas y establecen reglas administrativas y sanitarias, el sector comercializador las incumple sistemáticamente como se ha demostrado recientemente con la aprehensión en el puerto de A Coruña por parte del Servicio Marítimo de la Guardia Civil y el Servicio de Inspección Veterinaria de Gardacostas de Galicia de más de 150 toneladas de cigalas.

Es -todavía no se ha cerrado- la segunda fase de la operación Pinza Roja iniciada el pasado mes de julio por funcionarios de la Guardia Civil, en la que de momento se han intervenido 45 toneladas de cigalas que carecían de los justificantes de su trazabilidad y garantías sanitarias.

Una empresa asentada en el puerto coruñés, destinada a la distribución de productos alimenticios marinos, fue inspeccionada por los citados servicios siendo inmovilizadas 863 cajas de cigalas congeladas con un peso de 2.059,05 kilogramos. En la misma operación también se localizaron e inmovilizaron 746 lotes de la misma especie y 165 sacos de anticongelante para la conservación de crustáceos que la empresa distribuidora no pudo justificar en relación a su actividad cotidiana. El Laboratorio de Salud Pública de Galicia dictaminará al respecto.

Cabe pensar que tal cantidad de cigala congelada tendría como destino la mesa de miles de ciudadanos en las próximas fiestas navideñas, bien como producto congelado o -no es la primera vez que ocurre- vendiéndose como fresco. La presencia en la empresa de tanto material anticongelante obliga a pensar lo peor y a preguntarse qué comemos realmente.

Las actuaciones de los agentes de la Guardia Civil son habituales en el puerto de A Coruña. En ocasiones, según informan fuentes del sector pesquero, sin justificación alguna; pero a la vista del resultado de esas inspecciones hay que agradecer que el producto no haya llegado al mercado carente como está de las indicaciones de trazabilidad y las garantías sanitarias que, como consumidores, nos corresponden.

Fresco y del día, sí; pero no siempre. Y todo por el afán desmedido de ganar más sin tener en cuenta a quien se perjudica.